sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Eres medium tontum, o te lo haces?

“La gente normal no acostumbra a ver muertos... excepto los estudiantes de medicina y los psicópatas. Y los maquilladores de cadáveres también. Por ejemplo.
Pero yo... yo veo algo más: veo a los muertos, vivos. O sea... no. Vivos vivos no están. Se mueven y hablan sin tener vida. Eso sólo lo veo yo. Soy una médium.
...bueno, los titiriteros también un poco.”

Mari Paz Repull repasaba mentalmente los capítulos de su historia con el más allá.
- De pequeñita, jugaba con niños que vestían raro. Eran de la época grecorromana...
Cuarenta años atrás. Carnaval.
-Maripiti, ¿no te “vaz” a “difrazar”?- pregunta un compañero del jardín de infancia a la joven Mari Paz.
- Eres tú el que debería disfrazarse de persona de mi época. Tú estás muerto. Yo estoy viva. Deberías imitar mis costumbres, fantasma.
- ...uuuuuuuy. Qué “graro”- se sorprende el mellado niño-... “vamos” a “tiradle” “piedlas”.
Los infantes recogen materia prima del suelo y atacan a la muchacha.
En la actualidad.
- Los niños pueden ser muy crueles con aquello que desconocen.

Mari Paz pasea por la calle principal de su ciudad, abstraída.
- Para ser respetada y poder ayudar a la gente, una médium tiene que empezar en las más bajas esferas...
Veinte años atrás. Repull recibe en su gabinete telefónico de adivinas, televisado por una cadena de mala muerte y peor programación, la llamada de uno de sus adeptos.
- ¿Qué signo del zodiaco eres?- pregunta la médium mientras baraja las cartas del tarot.
-Piscis.
- Dime, “Piscis”, ¿sobre qué quieres saber?
- Bueno pues... yo quería preguntar sobre una persona, que está muy enferma yyy yo quería saber si se iba a “recuperá”.
- ¿Quién es esa persona, Piscis?
- Pues eeeees... ¡tuputamadre!
Un tono indica que el bromista ha colgado.
- ¿Ah sí? ¿Te crees que esto tiene gracia, niñato? Pues ya veremos quién se ríe cuando te llegue la factura telefónica... ¡porque os cobramos el triple de la tarifa que anunciamos mientras esperáis a que os den paso! ¡Ja!
Actualidad.
- Dos días después, el programa fue cancelado, el canal embargado y a mí me echaron. Mis compañeras de trabajo me escupieron en el pelo al salir.

La médium se encuentra a un vagabundo durmiendo entre cartones.
- La vida es tan frágil... el futuro se convierte en pasado con tanta facilidad que apenas tenemos tiempo de darnos cuenta de lo efímera que es nuestra existencia. Pero en nuestra historia no sólo hay pérdidas, sino también triunfos, y yo he llegado a saborear las mieles del más alto reconocimiento y honor que puede alcanzar una médium...
2 años atrás. Plató de Telecinquillo.
- Eres... una... FALSA- grita una colaboradora.
- ¡TU MADRE, MAMARRACHA!- responde Mari Paz.
- ¡Anda mentirosa, que a mí no me la cuelas...!
- ¡QUÉ TE VOY A PONER 3 VELAS NEGRAS! ¡QUE ERES MU MALA GENTE!
- ¡Estafadora!
- ¡PUES 5!
- A ver. Por favor- dice el moderador. Lo hace en bajito, mientras sonríe y se frota las manos.
- Mira- comienza a hablar la tertuliana-, te voy a decir las cosas claras y con respeto, porque yo soy muy clara y respetuosa, no como tú: eres una mentirosa sin escrúpulos, una lianta y, encima, hueles mal.
- ¡UH LO QUE ME HA DICHO!
Mari Paz se levanta de la silla y arremete contra la colaboradora. Mientras la médium aprieta a su contrincante la cara, ésta le sujeta fuertemente del pelo y tira.
- ¡DE LAS EXTENSIONES NO, DE LAS EXTENSIONES NO...!
- A ver. Por favor.
Actualidad.
- Sí. Llegué a la cima. Pero la fama no es eterna...
3 meses atrás. Plató de telecinquillo. Una mujer entre el público expone su pregunta a Mari Paz.
- ...y eso es lo que me pasa, que todavía no han encontrado el cuerpo- comenta la espectadora entre sollozos.
- Ssssdí... – responde Mari Paz, con la lengua pesada y los ojos rojos-. Ydo... ydo veo el cadáver de tu hija... ehm... flotando en un río.
La mujer mira en todas direcciones, confundida.
- Pero... si mi hija está aquí- explica, señalando a su joven acompañante-. Yo le preguntaba por mi marido.
- Perdo vamos a ver... ¡¿AQUÍ QUIÉN ES EL MÉDIUM?!
Mari Paz se levanta blandiendo un hacha y salta sobre el público, en busca de la joven. Los espectadores huyen despavoridos, tiran sus sillas, el plató se deshace en chillidos. El caos reina en el estudio.
- ...a ver. Seguridad. Por favor.
Actualidad.
- Aquel día, mi éxito se acabó. Se habló de drogas, mezcladas con alcohol y con gigolós filipinos... fue mi ruina. Ahora, he de convivir a solas con mi don, sin poder usarlo para ayudar a los demás, como Dios querría.
Mientras camina, un hombre ensangrentado y con el rostro desfigurada se arrastra hacia ella.
- Por favor... ¡ayúdeme!
- No puedo. Ya estás muerto. Debes hacerte a la idea y proseguir tu camino hacia la luz.
La médium pasa de largo y continúa su camino.
- Es tan duro...

Mari Paz llega al destartalado cuchitril en el que subsiste, cuelga la chaqueta en su retorcido perchero y deja las llaves en la mesilla. Cuando entra en su alcoba, una terrible nueva visión la sobrecoge.
- Oh no. Es el cadáver de un criminal Camboyano, sucio y maloliente, que se ha tumbado en mi cama esperándome para que le ayude a cruzar al más allá.
- ¿Pero qué coño dices?- responde el hombre en gallumbos sobre su cama-. Soy Rober, tu marido. Y a mí también me jode estar casado contigo, deja ya de inventar historias y límpiame el resto del culo, que no llego a todas partes.
Mari Paz asiente.
- ...pero hoy duermo en el sofá. Por favor.
3 horas más tarde. Dos golpes en la puerta hacen que Mari Paz se levanté de su incómodo sofá cama. La rata que ha estado recostada en su pies hasta ahora huye despavorida.
Cuando la mujer gira el pomo, dos agentes de policía aparecen en el umbral.
- ¿Es usted Mari Paz Repull?
- Sí, agentes. ¿Han venido porque requieren mis servicios como médium para identificar un cadáver que no encuentran porque el asesino no quiere confesar?
- Eh... pues lo cierto es que no. Varios testigos la han identificado a la hora de un múltiple accidente en la calle principal. Al parecer una de las víctimas le pidió ayuda y usted se la negó. Eso es omisión de socorro.
El otro agente irrumpe en la casa, empuja a la señora contra la pared y le pone unas esposas.
Luego, se la llevan en el coche patrulla hasta una prisión de mujeres, en donde será asesinada la primera noche por una reclusa obesa a la que dirá que sus futuros trillizos crecerán sanos y fuertes.
- Ayudar a los demás es tan duro...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Las Montañas de la Duda

Se dice que el mundo es el esqueleto fosilizado del legendario dragón gigante Arg Tetis. De su tortuosa fisionomía, cuenta la leyenda que su columna vertebral forma la escarpada sierra de el Fin de los Tiempos, la última fortaleza que separa el mundo civilizado de los mares de Hielo y las llanuras de Cráneo, hogar de los salvajes "Remendadores de Entrañas", conocidos así por su fama de tejerse las ropas con los tejidos de sus adversarios.
Entre las montañas, se halla el reino de Gruendlar, que significa roca y fuego en gruendlés, cuyos habitantes, fieros guerreros nacidos y modelados en el campo de batalla, consagran sus vidas a la defensa del resto del imperio. Su rey, Güinifredo Frito el Salado, comanda con mano dura sus ejércitos para hacer frente a las acometidas invasoras.
Una fría mañana de Aycojón, el décimotercer mes en el calendario gruendlés, el corazón del monarca, que había soportado guerras sin cuartel, la pérdida de amigos en el fragor de la batalla y dos taquicardias, recibe ahora un nuevo mazazo cuando Eleanor, su amada esposa, cae gravemente enferma.
- Mi señor...
- Estoy aquí- responde Güinifredo, sentado junto a la cama en la cual su mujer yace postrada.
- Me muero.
- Está débil- informa el médico, mientras cambia las sanguijuelas de su pecho.
El resto de la corte, sus más cercanos amigos, bajan la vista aflijidos.
- Mi señor, he de confesaros algo.
- No hables, querida.
- ¡He de hacerlo! No puedo irme de este mundo con la conciencia intranquila.
- Mi señor, sí me permitís- se adelanta el bufón-: no soy muy docto en la medicina del cuerpo, pero si hay algo que puede aliviar un corazón apesadumbrado, eso es la sincera limpieza del alma.
El rey mira a su más sabio consejero un instante. Luego, devuelve la atención a su esposa.
- Adelante. Habla.
- Es sobre Sylvina.
- ¿Sylvina? ¿La bastardita? ¿La más bella flor que brotó de mis semillas?
- Sí, bueno, a eso iba...
El doctor recoge sus utensilios aprisa.
- Con esta fiebre, puede que delire- informa el hombre mientras se levanta.
- Esa hija no es tuya. Es mía.
- Eso es imposible, querida- dice Güinifredo-. La engendré con una doncella en la posada de las Rosas Amorosas.
- Esa doncella no quedó embarazada. La niña es mía...
- Eso no es...
- La fiebre le hace decir cosas extrañas- sigue informando el curandero, cada vez más alterado.
- ...y del doctor.
El hombre empieza a toser.
- ¡¿Pero cómo dices tal cosa?! Yo mismo asistí al parto.
- Era yo disfrazada. Tras un tórrido encuentro, el hombre que ahora me trata me dejó encinta. Yo supe por los criados de tus aventuras amorosas, y aproveché la confusión para intercambiarme con la doncella en la posada y mandarte llamar en el momento del parto.
- Pero...
- ¿No recuerdas aquella época en que engordé tanto y, al día siguiente, estaba cómo siempre?
- Sí...
- Pues eso.
- Aghhhh,¡mil rayos! Mi honor mancillado.
- Si no, ¿por qué iba a acoger al fruto de mis cuernos de tan buen grado?
- Miente... ¡miente!- grita el médico, histérico-. Ajajaja... están todos locos, locos.
- ¡Guardias!- grita el rey-. ¡Coged a este matasanos!
Dos soldados entran y reducen al desquiciado hombre.
- Y en cuanto a ti...- sigue el monarca, elevando el dedo hacia la mujer.
-Mi señor, si me permitís- vuelve a interrumpir el bufón-: los caminos del amor son a menudo tormentosos y escarpados, y juzgar con nuestro juicio imperfecto eventos tan pasados es a veces demasiado osado. Da igual lo que esta dama eligiera antaño: ¿no es lo que sufre ahora suficiente castigo?
Güinifredo mira el demacrado aspecto de su esposa.
- Está bien.. no mancharé mis manos. Dejaré que obre la naturaleza como mano ejecutora... pero al médico me lo empaláis, porfa.
Los soldados asienten.

Horas más tarde, el segundo médico de palacio informa de la defunción de Eleanora. Güinifredo charla con su consejero en el salón real, a solas.
- Mi honra... ¡mi honra!- suspira el hombre desde su trono.
- Mi señor, si me permitís- comenta el bufón-: un bufón no se hace: nace. Mi padre sirvió a vuestro padre, Ajo Frito el moderedamente Tostado, y por lo que me contó, durante su reinado muchas situaciones difíciles hubieron de ser afrontadas. No hagamos del grano una montaña. Vuestra situación no se ha enturbiado.
- ¿Qué dices? Mi honor, mi orgullo...
- ¿No os parece que la joven Sylvina ha estado creciendo bella y sana como una rosa?
Güinifredo mira al bufón. Éste le guiña un ojo.
- No sugerirás...
- Sólo digo que la vida siempre brinda oportunidades inesperadas, que un clavo saca a otro clavo y que si se cierra una puerta, es probable que se abra una ventana- informa el lacayo-. ¿No es cierto que su idilio con Sylvina, ya no sería incesto?
Güinifredo se recuesta en el trono con las manos frente al estómago.

Dos días después de la muerte de su esposa, Güinifredo contrajo matrimonio con su antigua hija, Sylvina. Nueve meses más tarde, la muchacha se haya a punto de alumbrar a su vástago.
- Empuje, empuje...- canta el segundo médico.
- Ya casi está cariño, un poco más...- anima Güinifredo.
- Uffffffff...
Los llantos de una nueva criatura inundan la sala.
- Felicidades. Es un... uy- dice el médico.
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
Güinifredo se asoma entre las piernas de su dama.
- Uy. ¿Y esas botas picudas? ¿Y esas mallas verdes? ¿Y ese gorro con cascabeles? ¡Bufón!
El arlequín mira a su hijo. Una lástima que tuviera razón: bufón se nace.
- Mi señor, si me permitís: ¿qué fuerza puede ser capaz de detener ese vendaval arrollador que es el más universal de los sentimietos? ¿quién de entre nosotros, mortales, puede encauzar esa corriente verdadera hacia los mares de la cordura, cuando su candor le inunda? Si es por culpabilidad, lo admito: he pecado de amor. Mas ¿de qué serviría castigo, si no estuvo nunca en mi mano ponerle freno al destino? Es de recordar que los errores de hoy, no son más que las anécdotas sin importancia que el mañana recordará como el ayer. Así pues, en virtud de no errar con el veredicto. ¿Cuanto más provechoso es el perdón que el castigo para el verdugo?
El rey medita las palabras un momento.
- Bueno. Pero la cabeza te la corto.
- Jo.
- Guardias. Llevaros al bufón y a Sylvina.
Los hombres se llevan a los reos.
- Ni siquiera he tenido una fraseee- grita Sylvina mientras es arrastrada.
El rey recoge a la progenie del bufón de manos del doctor y la sostiene entre sus brazos.
- Y en cuanto a ti, a ver si a la tercera va la vencida, creces sana y por fin me das un heredero.
- Esto, mi señor...- informa el segundo médico- ...es un niño.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Margo, el genio cabrón V

Nazahoria era muy lista. Había dedicado toda su vida a la filantropía, estudiando varias carreras (historia, medicina y derecho, entre otras como ortofruticultura e ingeniería del papel higiénico).
Los libros fueron testigos de su amor cuando en una biblioteca conoció sir Anthony Churruaca, un joven arqueólogo de vías de tren seco y soso como la vagina de una octogenaria sin sal, que como buen marido florero fue llevado al altar sin pedirle su opinión y forzado a mantener relaciones con Naza (que era desagradable como el baño de un buffet libre) hasta darle dos hijos, pero felizmente, porque ni por asomo se había planteado una alternativa a morir virgen. Feliz también estaba el maquinista borracho del tren que le pasó por encima.
A Nazahoria Anthony se la traía floja (en efecto: tenía vestigio de pene), pero durante toda su vida había querido encontrar a Margo. Seguiría las reglas y le derrotaría, porque era muy lista. Gracias a su estudio, tuvo constancia de la lámpara en tiempos del faraón Tutrancahélice, que le pidió al genio una mayor potencia sexual. Los visires proponían un método para invocar la lámpara de las desdichas: un gran mal remedio, para un gran mal a secas. Naza sólo necesitaba un gran mal.
La doctora llegó a casa y asesinó a sus hijos con una cinta VHS de “Saber vivir” (qué ironía). Como por arte de magia, encontró junto al fregadero una lámpara. Ávida, la frotó.
- Saludos. Mi nombre es Margo, y te concederé un deseo- recitó el buen mal genio cuando salió a la luz.
La mujer se lamió los labios.
- Deseo que todo lo que desee se cumpla.
Margo la miró. En todos sus años, durante toda su vida nunca había oído un deseo que no pudiera ser malogrado. Aquella muchacha le había estado esperando. El genio apretó el gesto, mas finalmente la relajación acudió a su tramposo rictus.
- Sea.
Dio dos palmas. Pero no desapareció. En su lugar, se mantuvo con gesto desafiante.
Naza adivinó su mirada. El genio estaba ahí para retorcer sus deseos. Debía ser cuidadosa, pues quería resucitar a sus hijos, pero no quería zombis manchándole la alfombra.
- Ya lo tengo- dijo la mujer-. Que mis hijos retornen a la vida...- Una avispa se posó en su lengua.
Margo sonrió. Naza, no. Aquel genio astuto, era muy puto. La mujer esperó hasta que la avispa se hubo relajado. Empezó a alzar el vuelo.
- ...tal y...- La avispa volvió. Se elevó de nuevo.- ...como...- suspendida frente a sus ojos, la avispa pareció mirarle. No era mala. Sólo “Maya”- ...estaban antes de que...
Un gorrión entró por la ventana y le arrancó la lengua de una picotada.
Nazahoria corrió y chilló, pero por encima de todo, sangró. Desesperada, sacó lápiz y folio de su escritorio.
DESEO QUE MI BOCA ESTÉ EXACTAMENTE IGUAL QUE ANTES DE QUE ME ARRANCARA LA LENGUA UN AV...(manchón de sangre). Sangre que salpicó cuando el motor de una avioneta que sobrevolaba la casa atravesó el techo y le seccionó ambas manos.
La mujer miró a Margo. Él esbozó una sonrisa. Ella no se rindió, y trató de escribir sus deseos en el suelo con la sangre de sus muñones. Pero tuvo que detenerse al notar sendos mordiscos en sus piernas. El genio soltó una carcajada. Se lo estaba pasando piruletilla. Al bajar la mirada, la mujer vio dos hijos zombis royéndole las pantorrillas.
- Pod el amod de dioz...- “penzó”, antes de ser devorada.

Nazahoria quedó hecha trizas,
porque era, muy muy lista.

domingo, 28 de agosto de 2011

Miedo al cambio

Nos agarramos con fuerza a cosas que nos queman, porque lo demás nos es desconocido, no porque lo actual nos llene. ¿Cuántos oficinistas han aguantado en un trabajo de mierda con el que no soñaron cuando eran niños? ¿Cuántas amas de casa siguen fieles a un marido que no la trata como se merece?
Miedo... todo es por lo mismo. No somos felices, pero no queremos cambiar, porque el cambio es eso: mutable, incierto. Nos da miedo soñar, porque conocemos los horrores de los que es capaz nuestro mundo y no queremos afrontarlos, preferimos conformarnos. Así, nos aferramos a las cadenas que en su día elegimos hasta que se nos despellejan las manos, caemos y morimos, morimos para no levantar porque, ¿cuántas resucitaciones conocemos? Muy pocas...
Al final acabamos solos, pero de una manera más terrible a la soledad que queríamos evitar: porque esta vez no son nuestros conocidos los que nos abandonan, sino nosotros mismos los que nos dejamos tirados, nos olvidamos de quienes somos y nos convertimos en una masa de huesos y carne sin ilusión, sin ningún sueño que rellene nuestro vacío interior.
¿Tanto nos cuesta luchar? ¿Tanto nos cuesta acabar el camino, hasta donde lleguemos, con la dignidad de haber intentado ser felices? ¿Tanto nos cuesta alzar las alas y volar? Aunque todo esto nos lleve a estamparnos contra el suelo, por lo menos, habremos disfrutado de las vistas.

jueves, 28 de julio de 2011

Para el que le interese

Y con esta de hoy concluye el maratoniano ciclo de historias. He de decir que no siempre ha sido fácil mantener el ritmo de una historia al día durante una semana, como he de decir que hice trampas y ya tenía 3 preparadas.
Espero hayan disfrutado leyendo tanto como yo escribiendo. Pasen un buen verano y hasta la próxima (no hoy, pero quizás sí mañana...).

Crepus-ano en Gandía

No soy como ellos. No soy un chico normal. Me llamo Eduardo Cullenpompa... y soy un vampiro.
La familia Cullenpompa, noble estirpe de arcaicos vampiros, veranean en Gandía como cada año. Mamá Cullenpompa prepara la sombrilla y las toallas.
Arena: cambiante, mutable. Ente sin alma que no se decide a tomar una forma fija. Es tan siniestra y a la vez tan atrayente...- piensa Eduardo Cullenpompa, mientras hace castillitos de arena.
- ¡Edualdiiiiiito!- le grita su madre-. Ven “pacá” que te tengo que “echal” la crema “pol” la espalda, que si no “me te” quemas.
Eduardo obedece.
- ¿Y tu “paaadle”?- continúa la madre, extendiendo la masa.
- Está ahí- señala el joven vampiro.
En la orilla, un hombre con el torso brillante saca pecho y aprieta los músculos frente a un grupo de italianas bañistas.
- Uyuyuyuyuyuyuyuyuyuyyyyy... ufff, no me miréis... soy un monstruo... uffff... uyuyuyuy... qué monstruosos y qué bueno que estoy...
- ...valiente imbécil- se queja una de ellas.
Mamá Cullenpompa decide cambiar de tema.
- Bueno, Edualdito, ¿te has comido el bocadillo de ajo? Es tu “favoliiiito”.
- Sí, madre.
- Te apetece un vaso de “sangle” ahora.
- No. Soy un vampiro moderno. Mejor leche.
La madre saca de su neverita portátil un vaso de leche. Eduardo se lo bebe de un trago.
- “Hablas” hecho los debeeeres antes de “venil” a la playuqui, ¿”veldad”?
- Sí, madre.
- ¿Y rezado tus “olaciones”?
- Sí, madre- responde Eduardo, mostrando el crucifijo que siempre lleva colgado del cuello.
- Bien. “Pos” ahora sé un buen chico y tráele a la mama una botellica de agua del chiringuito.
- ¿De qué marca, madre?
- Bendita, que es la que “mejol” sabe.
Eduardo asiente complaciente y se levanta.
- Y alegra esa cara. ¡Coooooño! Qué seco “queres”...
Eduardo no sonríe. Es un vampiro adolescente, está torturado por una sociedad que no le comprende, y lo va a demostrar.
El camino al chiringuito es largo- piensa Eduardo-, y yo tengo tiempo para pensar. La gente es tan superficial... tan hipócrita, que a veces me avergüenzan. Todo el mundo piensa en el dinero, el sexo o el poder. De esto me di cuenta en cuanto supe que podía leer los pensamientos, pero es tan doloroso... yo no pedí este don.
Eduardo se entretiene leyendo los pensamientos de los demás.
- ¿Por qué a Pikachu nunca se le ven los genitales? Siempre va desnudo... - se pregunta un señor de 23 años.
- Matar... matarla y enterrarla...- piensa una anciana, mirando a su asistente social.
- La raíz cuadrada de 654 es 25,57, la raíz cuadrada de 655 es 25,59, la raíz cuadrada de 656...- recita una niña de 7 años.
-¿ Y ese chico que me mira con gesto distante quién será?- se dice una joven-. Seguro que un misógino de esos resentido porque no se le levanta...
- Menuda cara de tonto estreñido tiene el paliducho ese que se acerca...-
se extraña otra chica.
- El chaval ese tiene un pezón raro. Es como una loncha de salami descolgada...
- Ese pelo repeinado de idiota... ¡qué estamos en la playa, “atontao”! Y alegra esa cara...
- ... seguro que la tiene pequeña...

Snif... snif..., ¿por qué me insultan todas?-llora internamente Eduardo.
De repente, el vampiro se detiene. Tumbada en una toalla, con una cuerda atada en un dedo morado por la coagulación, y el otro extremo en su mochila, una joven con el gesto congelado toma el sol.
- ¿Para qué es el nudo?- pregunta Eduardo, con su monótona voz.
- Pada que no me roben mochila- responde la muchacha manteniendo el gesto, un rictus de desagrado, como si se estuviera oliendo constantemente y decidiera que debía tomar una ducha.
Eduardo se fija en la bolsa, completamente vaciada por ladrones. Tal vez debería buscar un método para que no le roben lo de dentro...
- ¿Cómo te llamas, guapa?
- Boniata.
- ¿Y cómo es que no puedo leerte el pensamiento?
- Ydo... ydo no penzo mucho.
- ...mm. Di lo que soy.
Boniata le mira con cara rara.
- He dicho... ¡qué digas lo que soy!
La muchacha ladea la cabeza.
- Oh venga... bebo sangre de vaca y leche, huyo del sol porque brillo, soy más fuerte que cualquier ser humano y más rápido y más listo...
A Boniato se le cae la baba en un gesto estúpido.
- Dime... qué... ¡soy!
- ¿...David el gnomo con armadura?
- ¡No!- ruge Eduardito-. ¡Un vampiro!
- ¡A loz vampiroz el sol quema!
- ...qué superficial eres. Pero te amo.
- Eduardito casar Boniata. Boniata abrir de patas y tener hijo vampiro.
- Al fin encuentro el amor...
Y Eduardo y Boniata se enlazaron para siempre. Vivirán miles de aventuras carentes de todo tipo de acción, tensión o carga emocional. Pero esa es otra historia.



FIN

miércoles, 27 de julio de 2011

El pirata "Patapolo"

“Patapolo” Smith era el mejor vendedor de helados. Su pierna refrigerada le daba una sensibilidad especial para interpretar los sabores de la escarcha, y era capaz de fabricar uno del sabor que se le ocurriera. En su escaparate, los había de fresa, menta y chocolate, pero también de zanahoria, pollo asado y asfalto.
- Toma, muchacho, un polo de heces de mono. Y recuerda: en el palo está el premio- decía con amplia sonrisa a sus clientes más jóvenes.
Un día, la joven Bridget: pelirroja, alta y de buen ver (por delante y por detrás), asistió a su tienda de helados, y poco tardó en quedar prendada por la magia del heladero.
- ¿Me da...?
- Me pones duro el cucurucho- dijo Smith. La dama quedó ruborizada.
Desde aquel día, cada tarde la joven Bridget asistía a una cita diaria con Patapolo, una cita de 40 segundos, en las que el avispado vendedor encandilaba a la mujer.
- Déjeme que le dé a probar mi nata- dijo el último día de tan maravillosa temporada.
Bridget se volvió sonrojada con su helado, cuando Patapolo Smith la detuvo.
- ¡Espera!- La joven se giró.- Mañana hacemos un año como vendedor y cliente, y tengo una sorpresa especial para ti. Viajaré a las lejanas tierras del polo Norte y te fabricaré el mejor helado que hayas visto, uno de hielo de iceberg.
Bridget sonrió acongojada.
- Pues lo quiero de fresa y menta.
- Yo sí que me comía tu fresa... ¡grr!
La chica se alejó extasiada.
Pero ocurrió que, en la acera de enfrente, “Ojocalipo” Pawn (porque se le salía si apretabas), el mayor enemigo de Smith, escuchó las intenciones y, preso de envidia, preparó un plan para sabotear a su colega.
Y así fue como el “Frigo Jet” partió rumbó a las heladas tierras, portando como polizonte al pérfido Pawn.
Una vez en el polo Norte, y mientras Smith recogía el hielo necesario, Pawn mató al piloto y, gracias a su formación como heladero, condujo el jet hasta su tierra, dejando al heladero enamorado encerrado en una prisión de hielo.
Traicionado, Smith pasó los años en soledad, sobreviviendo a base de los helados con sabor a pingüino, oso polar y morsa que se fabricaba.
Un día, un joven esquimal llamado Nunúkcq pasó por la zona. Smith vio la posibilidad de escapar: ofreció al nativo una oferta que no pudo rechazar por su trineo y los perros y cruzó el polo de este a oeste sin problemas, pero al llegar al borde de un glaciar, sus 6 canes decidieron que no podían avanzar.
- ¡Noooo!
El heladero quedó tan afligido que sólo tras comer 6 helados con sabor a perro se hubo calmado.
En el extremo, el calor era mayor al que él llevaba años acostumbrado, y Smith empezó a sudar. Las gotas de su frente pronto se mezclaron con las de su pata de polo, y fue así como tuvo otra idea: chupó y chupó su pierna, hasta que consumió su miembro helado y sólo quedó el palo. Bingo.

Lejos, Bridget ya era una anciana respetada. Había asistido fielmente cada día a su cita con el afanado heladero, pero nunca le había encontrado. Pawn insistía en que sus helados eran tan buenos como cualquiera, pero ella no estaba dispuesta a traicionar a su heladero... hasta aquel día.
La anciana se sintió tan dolida que quería probar bocado ajeno, y Pawn sonrió de malicia al cobrarle el precio de la traición: 1,80.
Bridget se acercaba el cucurucho a la boca, cuando un enorme jet privado se interpuso entre ella y su bocado. Por su puesto, le cortó el brazo.
- ¡Alto ahí!- dijo Smith, bajando de su avión privado, triunfal. Cayó sobre su única pierna, seguido de dos hombres uniformados.
- ¡Smith!- gritó Bridget, coagulando la hemorragia con el frío del helado-. Me abandonaste, ¡dijiste que volverías!
- Lo siento tarrinita mía, pero esto tiene una explicación.
- ¿Cómo puedes estar vivo?- articuló Pawn.
- Creía que estaba todo perdido, cuando me di cuenta de la regla básica de los heladeros: en el palo está el premio- respondió el heladero, señalando su ausencia de miembro-. Por un momento pensé que me habías derrotado.
- No sé de qué me hablas- respondió Pawn, tramposo.
- Sí que lo sabes, ¡y puedo demostrarlo!
Smith sacó una cámara de vídeo del bolsillo y se la mostró al público.
- ¡Ahí lo tenéis!
Pawn ladeó la cabeza.
- Pero sí sólo es una filmación de 20 minutos enfocándote al ojo.
- ¿En serio?- Smith se volvió hacia la pantalla.- ¡Vaya! Debí ponerme la cámara al revés. En cualquier caso: ¡agentes! Llévenselo.
Los dos hombres que habían bajado con él sujetaron a Pawn de los brazos y se lo llevaron.
-¿Por qué me detienen? ¿Cómo se puede canjear un premio en mitad del polo Norte? ¿Cuánto lleva vigente el concurso...?
- No lo sabemos- respondió un policía-. Estamos demasiado sobornados para preguntar.
- ¡Nooooo!
Encerrado el villano, Smith Patapolo tendió su helado a la exjoven Bridget. La anciana desenvolvió su paquete y se quitó la dentadura pero, antes de dar el primer lametazo, se detuvo alarmada.
- Disculpe... ¿por qué hay un dedo de esquimal en este helado?
- ¿Es que no me pediste acaso un... “frigo-dedo”? Aaaaaajajajá...
- ...no. Mire, yo lo que quería era un cucurucho de fresa y menta.
- ...aaaaaaaaaajajaj¡¿es que quieres recibir tú también?!
- Helada me deja.
(tambores y platillos)

FIN

martes, 26 de julio de 2011

Maratón televisiva

¿Es usted uno de esos tipos que se alegran de usar calzoncillo XL porque cree que significa “muy largo”, en vez de pensar que tiene el culo demasiado gordo? O ¿acaso una de esas señoras que compran todas las barras de tortura de la teletienda para adelgazar marcando el teléfono con una mano mientras con la otra se sujeta una hamburguesa doble con manteca de cerdo por encima?
Para usted, que en definitiva es idiota...¡ronda de anuncios absurdos!


1.“Hagamos un trato: Yo aguantaré los chistes de Fede, aunque no tengan gracia... soportaré las bromas sobre mi hermana... no me quejaré si me ignoráis... que me robéis no tendrá importancia para mí... podéis meterme sedantes en la bebida, esperar a que me duerma y meterme piñas por el culo mientras lo grabáis para subirlo a internet, no importa. A cambio, sólo os pido 1 cosa: que estéis conmigo.”
Teleafónica. Contigo, para siempre.
“...me siento tan solo...”


2.Imagine que un día llega a casa y se encuentra con que los niños le han puesto patas arriba la casa, le han roto las sillas, han abierto sus paredes y han reventado las cañerías. Imagine que además sus vecinos llegan en 20 minutos. Menudo panorama, de doble infarto de miocardio, ¿verdad?.
Pues no sufra. Con “PUTTEX, barrita arreglatodo”, sus problemas solucionados. Porque “PUTTEX” es una barra de hierro de 6 kg, para que usted pueda desquitarse a gusto con los muchachos porque, no nos engañemos: si han hecho todo eso, no son niños, son bestias que merecen ser tratadas como tal.
"PUTTEX barrita arreglatodo".
Y ahora también: "PUTTEX, barrita arreglatodo inflamable". Por si sólo aprenden con fuego.


3. “- Podrías ponerte la camisa que te regaló mi madre...
- ¡¡¡¡¡¿Por qué no te la pones tú?!!!!
- ...porque es un palabra de honor. A los hombres no nos...
- ¡¡¡¡¡Póntela túuuuu!!!! ¡AGHH! ¡AGHHH! ¡¡¡¡AGGHHHHHHHHH!!!!
- ...sí, ama.”
Si esto ocurre en su casa, tal vez debería darle de cenar AUL BRAN con narcóticos a su esposa. Porque está loca y parece peligrosa.
AUL BRAN con narcóticos. Si cenas bien, no despiertas.


4.Amanda Zurriaga, joven empresaria y ama de casa, está a punto de salir de la oficina cargada con el trabajo de todo el día, cuando una compañera de trabajo le abre la puerta.
- Gracias.
- De Bekunojetix, mi edema favorito para el estreñimiento ocasional.
- ...es usted una ordinaria.
- Sí pero cago bien. ¿Quiere probarlo?
- No. Gracias.

Amanda Zurriaga en la compra.
- A ver a ver, qué yogur me compro...
De entre los packs, aparece la cabeza de una empleada.
- Da igual. Con Bekunojetix todo sale como entra. Y si no con esto activivias...
- ... gracias, Carmen Maxi, pero no.
Cuando Amanda se aleja, Carmen Maxi le sujeta del brazo.
- ...sentirse mal no es lo naturalllllll- gruñe la empleada, con una sonrisa gélida en la cara.
- Me... haces... daño...
Amanda Zurriaga consigue zafarse y huye.

Dos horas más tarde, Amanda comenta el caso con sus amigas.
- ¿No es increíble?
- Pues sí chica- responde Alice Wonderland, su amiga de la infancia-. Que todavía no conozcas el Bekunojetix...
- Alice, ¿tú también?
- Claro. Y tú deberías, hacer lo mismo. Solucionaría todos tus problemas cloacales, que te hace falta.
Amanda se escandaliza.
- ¡Pero Alice! No eres quien para hablar de mis problemas con...
- Ella tiene razón- interrumpe Cloé. Su hermana, Juliet, asiente con cada palabra-. Bekunojetix es el mejor invento de la historia.
- ¿Vosotras también...?
- Sí- asiente Juliet-. No sólo eso, sino que lo compartimos.
- Ajjjj...
Amanda se vuelve hacia Hellen, el único miembro de la mesa que no ha hablado.
- Supongo que tú también, ¿no?
- ¿Yo? Qué va- niega esta. Amanda respira aliviada.
De repente, dos señores vestidos de negro entran en el restaurante, recogen a Hellen de los brazos y se la llevan a rastras hacia el cuarto de baño.
-Ale señora: ¡a cagar!
- ¡Nonononoooo...! La brigada del Ñordo... ¡ahora no!
Amanda sale corriendo despavorida, sintiendo la mirada de cuantas mujeres se cruza por la calle clavándose en ella.

Es de noche y Amanda, acostada en su cama, trata de dormir pensando en que ha conseguido sobrevivir a tan grotesco día. De repente, un sonido en la habitación perturba la calma. La mujer trata de encender la luz de la mesilla de noche, pero de inmediato su brazo es inmovilizado por una sombra negra. La chica intenta gritar, pero es amordazada por dos manos firmes.
De repente, se hace la luz. Allí, rodeándola, puede distinguir las caras familiares de su madre y su hermana, como también la de Alice, sus compañeras de trabajo, la del super, el resto de sus amigas y los hombres de negro.
Cuando su cuerpo se haya más calmado, el hombre que sujeta sus labios aparta la mano.
- Vosotras...- gimotea la mujer-, y la brigada del Ñordo... y ¡Carmen Maxi!
- No te he visto comer yogures hoooyyyy...
- ...y hasta tú, Hellen, ¿qué hacéis aquí?
Hellen se vuelve hacia ella con expresión catatónica. Horrorizada, Amanda descubre que la mujer tiene el edema introducido en la sien, inyectado directamente en el cerebro.
- Pero... ¿por qué...?- llora la mujer.
- Ú-NE-TE,
REGULARÁS TU FLORA BIEN.
Ú-NE-TE,
REGULARÁS TU FLORA BIEN...- corea la masa, mientras le acercan el edema a la cara.
Amanda sólo puede cerrar los ojos y rezar.

Como una ola imparable, Bakunojetix se extendió por el planeta. Las mujeres estreñidas de todo el mundo, ahora liberadas y dirigidas por la misteriosa asociación del Ñordo, promulgaron un levantamiento global que derribó las grandes naciones, depuso a sus líderes y se estableció como la mayor fuerza autoritaria y única del planeta. El mundo cayó en su poder por completo...
Y comieron perdices,
y defecaron felices.

lunes, 25 de julio de 2011

Náufraga

Avi miró hacia el cielo. El sol ya se ocultaba por el horizonte. Sin duda, los atardeceres son más bonitos en mitad del océano. Las aguas cristalinas reflejaban la luz del astro dando la sensación de que todo el mar se había vuelto rojo y naranja. Precioso.
La tabla sobre la que flotaba se balanceó un poco por el leve oleaje, aunque en general había sido un día muy tranquilo con las aguas muy calmadas. Pensó con algo muy parecido a la ironía que al final había tenido suerte.
Además del murmullo del agua, las gaviotas almibaraban sus sentidos con cánticos lejanos. A Avi no le habían gustado nunca, sentimiento generalizado al resto de pájaros. Después de todo, era lógico: eran bestias feroces y sin escrúpulos que ya se habían cobrado la vida de demasiados compañeros. Pero, en aquel momento, la muerte no parecía tan desalentadora, y el hecho de escuchar un sonido familiar le daba algo de paz.
Avi rodó sobre la madera, para desentumecerse el cuerpecillo. El toque de su miembro roto la hizo detenerse de dolor. No sabía cuanto tiempo llevaba ahí, perdida en la inmensidad del mar, pero había sido el suficiente para que la tabla se recubriera de una capa verde musgosa, lo bastante seca aún para que no se le adheriera. Días... llevaba allí tendida varios días. Cuando le echaron del barco en el que iba de polizón, recordaba no haberle dado importancia. Para ella, el mundo no era más que un crisol caleidoscópico de imágenes banales. Se limitaba a seguir la labor para la que le habían adiestrado, “era” un eslabón, al que nunca se le había permitido soñar. Ahora, perdido todo el contacto con los suyos, y prácticamente con la vida, era cuando más estaba disfrutando de su cerebro. Se veía a sí misma junto a varias compañeras en el campo, disfrutando del día, echando carreras o contando historias en el césped. Se le daban bien las historias ¿Por qué nunca había hecho ninguna de esas cosas?
Avi se incorporó como pudo por las heridas. Estaba acostumbrada a que la gente se apartara de ella o intentara matarla. Cuando el marino de la barba parda consiguió golpearla, se preguntó porque no acababa con ella. Lo había visto cientos de veces, eran capaces de hacerlo sin escrúpulos. Pero no todas corren la misma suerte, y en su lugar el hombre había decidido echarla al mar en una tabla, esperando sádicamente que muriera de hambre, sed, calor, o una mezcla de todo ello.
El sol ya era sólo un punto brillante. Las aguas rojas habían menguado y sólo quedaban las más próximas al astro, como una gran red roja que estaba siendo recogida. Avi ya había pasado el momento de la desesperación, el de la negación y el pesimismo. Ahora le tocaba morir o vivir, aunque sabía que la muerte tenía más papeletas en este sorteo.
Avi estiró sus alas, se alisó las antenas y se impulsó con sus cinco patas hábiles. Volaría hasta la extenuación, y entonces moriría. Era tan buen plan como cualquier “única opción”. La avispa abandonó la tabla y voló en línea recta.
El mar seguía calmado.

A 32 km de distancia, sobre la proa del “Gatomalán”, Junco Junior Edurno se golpeó la parda barba con la palma de la mano.
- ¡Dichosos insectos!- se quejó-. ¡Ojalá esas gaviotas eliminaran a todos los bichos malos del planeta!
las gaviotas ,as próximas le miraron.
El hombre se llevó la mano al bolsillo y sacó una pipa. Luego, de la pechera sacó una pitillera con varias bolsas.
- El de manzana, el clásico, el de miel... no. Hoy me apetece el de pescado podrido...
Junco volcó parte del contenido de la bolsa en su pipa, encendió una cerilla y la prendió. Tras dos bocanadas, el humo empezó a salir de su extremo ancho y cóncavo. Mientras, dos docenas de ojos amarillos se habían agrupado a su espalda.
- Uffffffff, ¡sí señor! ¡Esto es vida y lo demás no! Uf... ¡por los cielos! ¡Qué bien sienta una buena pipaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!

FINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHL

domingo, 24 de julio de 2011

Tocino 4, capítulo II: La venganza

Basado en hechos reales.

Ken entró al salón vestido con su bañador de flores.
- Comprobado: un baño y dos habitaciones, una con cama de matrimonio y la otra con literas. ¿Cómo va eso?
Oliver y Sarah le miraron, él aún con la caja de cerillas en la mano y el cadáver de un montón de fósforos en el fregadero.
- Es oficial: el calentador no funciona.
- ¿Y cómo me ducharé yo entonces?- preguntó Stacy, en el sofá, pasando de uno en uno los canales de la tele, a cual más borroso y peor sintonizado.
- Cariño, no desesperes. Agua sale- informó Ken-. Agua caliente no.
Stacy se levantó de un salto.
- Van a ser unas vacaciones muyyyy largas…- dijo la chica, pasando de largo a sus compañeros y encerrándose en el cuarto de baño.
Oliver tiró la caja de cerillas contra la papelera.
- No es tu culpa- le suavizó Sarah-. Cuando nos enseñaste las fotos, a todos nos pareció bien.
- Es cierto, colega- siguió Ken-. Anda, siéntate tranquilo mientras te preparo un bocadillo… ¡ah no! Que no tenemos fuego y el microondas no encaja en ningún enchufe…
Oliver saltó contra su compañero. Por suerte, Sarah le detuvo a tiempo.
- ¡Calma Oliver!- dijo la chica-. ¿Y a ti qué te pasa, Ken? Sabes que estas vacaciones son para celebrar tu ascenso en la compañía de catadores de vino. Oliver y todos estamos haciendo lo que podemos para que esto salga bien…
- Está bien está bien…- respondió Ken, conciliador-. Tienes razón. Lo siento, Oliver,
El chico apartó la mirada resentido.
- Me voy a echar la siesta- dijo.
- Te acompaño- dijo Sarah.
- La cama de matrimonio me la pido con Stacy- dijo Ken rápidamente.
Oliver y Sarah se volvieron, furiosos.
- Por favor…

Hacía pocos minutos que Oliver y Sarah habían entrado en la habitación de las literas, y algunos más desde que Stacy entrara en el baño. Ken estaba solo en el salón.
- Me abuuuuurro...- se decía continuamente.
Lo bueno de ser catador profesional es que las cosas menos divertidas de inmediato cobran interés, así que Ken estaba acostumbrado a ocupar sus pensamientos en asuntos sin importancia como en sumar todos los botones del mando a distancia o en golpear el sofá y ver cuánto polvo saltaba. Lo malo era que los olores te afectaban más. Un buen catador sabe que el aparato digestivo y el respiratorio confluyen, y que tener una nariz entrenada es fundamental para sacar todo el partido a los sabores. Por desgracia, él ahora mismo podía saborear a la perfección las sardinazas fritas que los vecinos de abajo cocinaban con esmero y cuyos vapores se filtraban por los deficientes conductos de ventilación del apartamento.
Ken huyó del hedor a su cuarto sin éxito. Casi olía más. Pensó en si debía interrumpir a Oliver y Sarah en la otra habitación, pero se detuvo: después del coñazo que había dado con la cama grande…; sabía como se las gastaba su novia siempre que alguien la interrumpía en la ducha, así que al final se decidió por salir a dar una vuelta. Probó una, dos y cinco veces la cerradura. Alternó llaves, las giró, las retorció hasta que sus nudillo palidecieron, pero no hubo manera: la puerta no respondía. Al trigésimo sexto intento, el chico desistió, atufado por el humo. Luego, miró la terraza, como última vía de escape.
- Acjia acjia... a lo mejor soy capaz de colocar el toldo…
Ken abrió la puerta y se expuso al abrasador calor.

En la ducha, Stacy estaba desesperada. Pasó por alto el agua fría, pasó por alto que el toallero fuera un garfio puntiagudo y oxidado en la pared, pasó por alto que la cisterna tardara treinta minutos en recargarse, e incluso podía entender que la mampara estuviera rota y el plástico abierto hacia dentro… Pero que el pivote para que el agua saliera por la alcachofa estuviera roto hacía prácticamente imposible lavarse.
La chica se enjabonaba como podía mientras con un pie sujetaba el pivote. Había sido una chica autosuficiente durante toda su vida, se había sabido superponer a todas las adversidades y moriría superando problemas.
De repente, el único pie de apoyo de la chica resbaló sobre el champú. El cuerpo de la joven se precipitó contra la rasgada mampara, que con su filo de plástico le seccionó gran parte de la garganta. En medio del reguero de sangre, la chica se incorporó a pulso, utilizando todo el aliento que le restaba en respirar.
La joven puso un pie fuera de la ducha y caminó hacia la puerta. Dos pasos tardó en resbalar con el agua que había estado saliendo de las fugas de la ducha, y medio segundo después su cara acabó ensartada en el toallero. No es broma.

En la habitación de las literas, Oliver y Sarah no podían conciliar el sueño en sus estrechas camas individuales.
- ¿Has oído ese golpe?- preguntó Sarah, en la cama inferior.
- Venía del baño- respondió Oliver, en la cama superior (como habrá adivinado el lector)-. Seguro que Ken ha ido a hacer una visita a Stacy…
- Mm…
- Sarah… siento haber perdido los nervios antes.
- No importa cariño.
- Si no me hubieras apoyado no sé lo que… gracias cielo. Te quiero.
- Yo también te quiero.
El chico se revolvió. La cama crujió.
- Oye, cielo- dijo Oliver entonces.
- ¿Mm?
- Estoy pensando algo. La cama se mueve, está montada con cuerdas y tienes vértigo. Vale, duermes en la de abajo. Pero… si se cae esta cama, ¿no te aplastaría?
Como si hubieran estado esperando la señal adecuada, las cuerdas que mantenían la inestable estructura de la litera se rompieron con un chasquido y todo se precipitó. Oliver cayó rodando por un lateral. Cuando se volvió, el brazo de Sarah, que colgaba de la cama ensangrentado, era la única parte reconociblemente humana del resto de su aplastada y amorfa forma.
- ¡Nooooo!
Oliver salió de la habitación a toda prisa. Tuvo que sujetarse a las paredes para no resbalar con el reguero de sangre que salía del baño. El chico abrió la puerta.
- ¡Nooooo!- gritó al encontrar el cadáver de Stacy.
Oliver caminó a toda prisa por la casa, preguntándose de dónde procedía aquella peste a pescado frito. El chico trató de abrir la puerta con tanta insistencia que el pomo se desprendió. Encerrado. - ¡Nooooo!
El chico sacó el móvil. Sin cobertura.
- ¡Nooooo!
Como último recurso, el muchacho optó por salir a la terraza a pedir ayuda. Colgado como un jamón de los garfios del toldo y con la piel abrasada por el sol, Ken pendía inerte a varios centímetros del suelo.
- …jeje- rió Oliver.
El chico se asomó el balcón. Muy alto para saltar. Sin pensar mucho en ello, descolgó a su compañero y lo echó a la calzada.
- Por fin servirás de algo…- dijo Oliver, dispuesto a usarlo como colchoneta.
El chico saltó, pero calculó mal y aterrizó en el contenedor de agujas usadas que había colocado justo al lado de su portal.

- La mampara estaba rota, varios pomos quitados, las camas caídas, habían quitado el toldo…
En la comisaría, Elvis Hamon, de la agencia de alquileres de pisos Tocino, explicaba a un policía los desperfectos que había encontrado en “Tocino 4” tras la masacre, intentando ocultar su sonrisa malévola.
- Es terrible- respondió un policía-. En verano suelen pasar estas cosas: unos adolescentes alquilan un buen piso y lo malogran con fiestas salvajes. Al final, todo acaba en tragedia. Pero no se preocupe: tendrá usted su indemnización y podrá reparar el apartamento.
Elvis Hamon se deshizo en carcajadas malvadas.
- Jajajajajajjaja… ¡la vida es justa!

Era broma. Los nombres de los personajes y del alojamiento son ficticios.

sábado, 23 de julio de 2011

Tocino 4, capítulo I: Bienvenidos al infierno

Elvis Hamon llevaba más de veinte minutos contemplándose las palmas de las manos. Para sus enfermos ojos, de ellas aún brotaba la sangre, sangre derramada que no era suya, pero de la que él era responsable. Sonrió, adoptando una mueca histérica.

5 horas antes.
En el oscuro apartamento vacío, la calma fue rota por el sonido de la llave entrando en su cerradura; después por el de varios forcejeos; más tarde, por patadas. Tras doce minutos, la puerta se abrió con un chirriante gemido.
- Puta puerta...
- Tranquilo, Oliver.
Oliver, Sarah, Stacy y Ken entraron en el apartamento en ese orden. La segunda sosegó al primero con un cariñoso abrazo.
- ¿Seguro que es aquí?- preguntó Stacy.
- Sin duda- respondió Oliver, algo molesto porque dudaran de él-. Apartamento “Tocino 4”. No puede ser otro.
- Pues parece distinto al de las fotos.
- Sí- añadió Ken-. El de las fotos era “sencillo”. Este es más “zulo del infierno”.
Ken estaba en lo cierto. El problema de alquilar un apartamento en vacaciones, es que no sabes dónde te vas a meter. Conoces las fotos trucadas y tomadas desde inverosímiles ángulos que un estafotógrafador ha colgado en una web, pero no has visto el sitio al yogur blanco (natural).
El apartamento en sí era angosto hasta el extremo, casi opresor. La mesa y el sofá estaban apilados contra las paredes del comedor, que era una extensión de la cocina, por lo que chocaban contra los fogones.
Oliver, dispuesto a tomarse como algo personal cualquier queja sobre el apartamento, apretó los puños. De inmediato Sarah lo notó y salió en su ayuda.
- Pero no hay duda de que es el mismo. Ahí está la nevera junto a los fogones, el fregadero junto a la freidora...
- Y la tele- añadió Stacy-. Una Mágnum coloseum 12. Mi padre tiene una tienda de electrodomésticos y sé un poco al respecto.
- ¿Dónde?- preguntó Ken.
- ¿Dónde qué?
- La tele. Que dónde está.
- Ahí, en ese rincón.
- ...oh. Creía que era un accesorio de la barby.
- ¡A que te mato!
Oliver arrancó el teléfono de una mesilla y se abalanzó sobre Ken. El chico rodeó el cuello de su amigo con el cable y apretó entre los gritos de sus compañeras. Tras varios segundos de forcejeos, los ojos de Ken se inyectaron de sangre y se descolgó inerte entre los brazos de su asesino, para no volver a levantarse nunca. Es broma. No había teléfono.
- Vale ya, Ken- zanjó Oliver.
Ken asintió.
- Oh... dios... mío...- suspiró Stacy.
- ¿Qué pasa, amiga de la infancia cuyos padres son muy amigos de los míos, que el verano pasado descubrimos que mi padre había tenido una aventura con tu madre hace 20 años, la edad que tenemos, y de lo que dedujimos que somos hermanas pero que no decimos para no romper la estabilidad de nuestras familias?- aprovechó para introducir Sarah.
- El toldo.
- ¿Dónde?- preguntó Ken.
- ¡Por todas partes!
Los chicos miraron al suelo. Ahí, desplegado y despiezado como un pollo apisonado, la tela, los engranajes y todas las barritas de metal que conformaban el techado ocupaban gran parte del suelo.
Oliver levantó la persiana de la terraza. Los dolorosos rayos de un sol de Julio golpearon sus retinas.
- Oh Dios... ¡estoy ciego, estoy ciego!- gritó mientras sus ojos se derretían por entre sus cuencas y caían como una masa blanquecina y amorfa sobre sus desnudas manos. También es broma. Pero el sol picaba.
- Cielo santo...- se quejó Ken-. ¿Cómo quieren que usemos la terraza sin toldo?
- Sólo tenemos que montarlo- opinó Sarah.
- ...¿un trío?
- No. El toldo.
- Bien. ¿Alguien sabe montar un toldo?
Nadie contestó.
- Eso creía. Chicos, va a ser una estancia demasiado larga. Así que yo me suicido.
Ken abrió un cajón, sacó un cuchillo y empezó a apuñalarse en el pecho. La sangre regó sus piernas mientras se doblaba hacia atrás de dolor y caía al suelo entre gemidos, aterrizando en un pegajoso y mortal charco carmesí. Es broma. En cuanto tocó el cajón, el pomo se cayó. Y de todos modos, los de la limpieza habían robado todos los cuchillos.

¿Qué perversiones les ocurrirán a los amigos? ¿Lograrán sobrevivir a Tocino 4? Todo esto y poco (nada) más en: Tocino 4, capítulo II: La venganza.

viernes, 22 de julio de 2011

Margo, el genio cabrón IV

Buenoooo, bueno, bueno. Ante todo, pedir disculpas a los seguidores habituales del blog (así me disculpo poco), ya que entre exámenes y vacaciones, lo hemos tenido abandonado. Pero no os preocupéis, porque no todo han sido ensaladas, gambas y guiris (qué ricos con atún...), también hemos encontrado tiempo para escribir un poquillo. Por eso, es un placer comunicarles que comienza la... -trtrtrtrtrtrtrtrtrtr-: SEMANA DE LAS HISTORIAS VERANIEGAS. Cada día, subiremos una. Básicamente es eso. Así, sin más dilación, les dejo con la primera que, ¿por qué no?, trata de ese genio simpático que a todos gusta, siempre que no nos lo encontremos nosotros. Deseamos sea de su agrado.


Damián Cifuentes era virgen. Había consagrado sus 21 años de edad al estudio y su formación profesional, relacionándose poco. Con vistas a sus exámenes, casi no salía de fiesta, así que las únicas chicas con las que se relacionaba pertenecían a la universidad, y él carecía de la labia necesaria para sacarlas de sus pupitres y llevarlas al catre.
Sacaba unas notas estupendas, pero a él lo que más le hubiera gustado en el mundo era... era... algo tan pervertido sólo se puede decir en argentino: “Ehte.... mojar el churro”.
Un día, tras masajear “al calvo” tres veces seguidas (como experimento fisiológico), salpicó sin querer una extraña lámpara que nunca antes había visto en su escritorio. Cuando recogió con papel higiénico sus minidamianes de la superficie, Margo, el genio cabrón, salió.
- Saludos amo. Soy Margo y te concederé un... un... ¿me has manchado la lámpara?
Damián, estupefacto, asintió aún con el papel en la mano. Margo apretó los puños.
- Venga machote, un deseo- siguió el genio en un tono mucho más brusco, casi amenazante.
Damián miró el papel un segundo.
- Deseo que mi vida sea como una película porno- contestó el muchacho.
Margo sonrió. Sonrió mucho. Fue una sonrisa afilada y cruel, la misma que esboza la guillotina cuando mira abajo y ve la nuca de su condenado. Muy mala muy mala.
- Deseo concedido... machote.
Margo dio cinco palmas con rabia, y tanto él como la lámpara desaparecieron. Damián quedó a solas con sus pervertidos pensamientos.

A la mañana siguiente, Damián no esperó a que sonara el despertador para levantarse. Se vistió raudo y bajó a desayunar como la orina en un incontinente. Aquel sería un buen día, debió pensar, antes de encontrarse al lechero desnudo en el sofá.
- Hola... cielín... ¿quieres... desayunar...?
Damián arrancó una galleta del estante y huyó de casa.
El chico corrió por las vacías calles hasta coger un autobús.
- A la universidad, por favor.
- Es un euro- respondió el conductor-. ¿A no ser que le importe compartir asiento con estas mises a las que llevo...?
Damián volcó la cartera sobre la mano del autobusero.
- ...miss travelos, muahahaha- añadió el hombre, recogido el dinero.
Damián se volvió para ver, efectivamente, todos los asientos ocupados por drack queens.
- ¡Nooooo!
Antes de que las puertas se cerraran, el chico logró escapar de la emboscada.
Damián llegó andando a la universidad igual de virgen, pero más tarde que nunca. Con vacilación entró en su clase. Cuan aliviado se sintió cuando encontró a todas sus compañeras a las que tanto había deseado vestidas con apenas unas transparentes telas.
Ya el chico se aproximaba voraz a una, cuando el profesor le interrumpió.
- ¡Sentaros! Como sabéis, hoy es el día de los intercambios... debo saber cuántos de vosotros podréis alojar algún estudiante Erasmus en vuestros hogares.
Damián frenó en seco. Alumnas extranjeras... ¡qué exótico!
- ¡A mí dame cinco!- pidió.
El profesor sonrió.
- Bien: Kevin, Magumbo, Mogambo, Tolomolobo y Kitengue, entrad.
Cinco negracos grandes y fuertes como neveras oscuras entraron. Entre gritos desesperados, arrastraron a Damián fuera del aula y se lo llevaron a los baños.
A Damián le mancillaron el agujero,
por no especificar que quería porno hetero,
...y cuandosecansaronlosnegrossetrajeronauncarneroooooooo.

jueves, 16 de junio de 2011

Margo, el genio cabrón III

Fermín Palomares era un sibarita: le gustaba fiestear con los colegas, los domingos de siesta, quemar rueda con su ferrari... Efectivamente, también tenía los medios para conseguirlo, brotando como lo había hecho en el seno de una familia rica, cual flor de jardín de un ganador de la lotería. Sí... Fermín lo tenía todo: salud, dinero y a Mindy.
Diana Mina, alias Mindy, era una preciosidad pelirroja de tez marfileña y cuerpo escultural, musa de catálogos de bañadores. Ella y Fermín vivían la vida sin ningún tipo de preocupaciones... salvo una. Y es que tanto Mindy como Fermín eran simpatizantes de “la marcha atrás”, más natural y peligroso que el sexo seguro. El hecho muchas veces traía de cabeza a Fermín, quien no preparado para afrontar una paternidad, se mordía las uñas entre marea roja y marea roja de su chica, pero el corazón de Mindy era débil para consumir la píldora anticonceptiva, y ninguno de los dos estaba dispuesto a prescindir de los placeres del roce íntimo.
Durante un retraso, Fermín ya buscaba material sobre abortos en la biblioteca pública, cuando encontró una lámpara dorada entre los libros. El chico la recogió y la frotó por si había genio. Ni en sus sueños habría imaginado que sí.
- Saludos, mi nombre es Margo y te concederé un deseo- dijo Margo, el genio cabrón.
Fermín no dudó un momento.
- Deseo no dejar embarazada nunca a Mindy.
Margo asintió, dio dos palmas y desapareció.
Fermín pensó que Margo habría de resolver sus problemas... cuando un andrajoso vagabundo salió de detrás de un estante.
- ¡Insensato! No sabes lo que has hecho... Ese, chico, era Margo, como bien han escuchado tus oídos. Y es muy cabrón, muy cabrón... Yo antes era un triunfador multimillonario que lo tenía todo en la vida. ¡Pero mírame! Le pedí que me lavara el coche y, no sé como, consiguió darle la vuelta a mi deseo para que perdiera mi empresa, mi mujer y mi casa... Mi coche quedó limpio, sí, ¡lo tuve que pulir yo mismo al venderlo para poder comer! Y si no me crees mira, míralo por ti mismo en la web...
Fermín corrió a verificar la triste historia. Accidentes de tráfico, mutilaciones y hasta una violación por parte de un cocodrilo en celo, internet estaba saturado con historias terribles de gente que afirmaba haber conocido a Margo.
Cuando hubo dado crédito, Fermín tuvo claro lo que el malvado genio se traía entre manos. Coquillas, hueveras, pañales, un cinturón de castidad y, por encima, unos calzoncillos reforzados. Si Margo quería mutilarle el pene, no le sería fácil. Para mayor seguridad, el chico huyó de la gran ciudad, lejos de todo aparato cortante o abrasivo, para ocultarse en una cueva cual ermitaño, sin más mobiliario que una mesa, una silla y un ordenador, con los que se enteraría de cada nuevo movimiento de su etéreo enemigo.

Los días pasaron sin celeridad y con aburrimiento: Fermín solo usaba el ordenador en busca de noticias; cuando era menester hacer de vientre, miccionaba en el pañal, de manera que el único momento del día en que quedaba desnudo eran los 10 segundos entre que se cambiaba la prenda; su único contacto humano eran los repartidores a quienes pedía comida, ropa o pañales...
Y así anduvieron las cosas hasta que una mañana, cuando vigilaba su correo, una triste noticia de su madre le conmocionó.
"Hijo querido, no sabemos si has terminado tu retiro espiritual, pero le ha sucedido algo terrible a Mindy. El otro día, yendo a por el pan, fue atropellada por un autobús de dos pisos que llevaba al equipo nacional de sumo. Mañana es el funeral.
Un abrazo."

Fermín pudo respirar tranquilo por fin. El genio ya había cumplido. Él no dejaría embarazada a Mindy. El chico se quitó la pesada protección y suspiró aliviado recostándose en su silla.
De repente, un sonido sibilante se oyó bajó la mesa. El chico pudo ver entre sus muslos como una serpiente bastante venenosa se preparaba para atacar.
La dentellaba a su miembro no fue nada tierna,
Fermín lamentó no haber cerrado las piernas.

sábado, 11 de junio de 2011

Notas de Inmuno

Señoritos y señoritas, guarden silencio porque les voy a poner las notas de inmunología, lo cual es muy importante que ustedes conozcan en su futuro como médicos. Ejem ejem:
Do, Re, Mi, Fa, Sol, Linfo, Ci, Tooooo. El To agudo.

Espacio ofrecido por chistes vácuos y estúpidos S.I. (ilimitada. Que se meta el que quiera).

miércoles, 8 de junio de 2011

Un buen linfollón

Buenas tardes. Me llamo Henry, y esta es mi historia:
Al principio, yo era feliz. Durante mi tierna infancia como linfocito pro-T, todo era jolgorio y expansión clonal. Hasta que un día, todo cambió. Mis padres, orgullosa estirpe linfoide Tc, empezaron a notar cambios en mí: que si me distanciaba, que si era antisocial, que si no bebía suficiente IL-2, que si expresaba CD4... Hasta que al final, sucedió lo inevitable: maduré y me convertí en un linfocito T h2.
-¿Qué hemos hecho mal?- se quejaban mis células madre hematopoyéticas. Pero ya era tarde.
Pasé las pruebas de selección positiva con nota, y las de selección negativa con un 5 raspado (me encantan las secreciones del bazo), pero finalmente ingresé en la academia Timoty. Una vez allí, las cosas no fueron nada fáciles, pues me encontré con más de lo mismo: los brutos de las células Tc siempre se metían con las indefensas Th. Aún recuerdo el día de mis novatadas: un grupo de Tc nos acorraló en la corteza mientras nos acribillaban con ligandos.
-¡Os estáis pasando!- grité para defenderme, justo antes de que uno de ellos me acertara con un Fas-l en la cara.
-¡FAS, en toda la boca!- rieron ellas.
Hasta las células Th1 abusaban de nosotros avisando a los macrófagos. Un día nos llenaron la cama de secreciones lipofóbicas y toda la sección tuvo que dormir en el pasillo.
Sí, realmente fue una etapa traumática y, pienso que no habría sido capaz de superarla de no haber contado con el apoyo de Harold, mi mejor amigo, el cual estaba en mi misma situación.
-Oye, ¿sabes ya a qué antígeno eres afín?- recuerdo solía preguntarle.
-No. Ya se verá. ¿Nos echamos un rolling?
-¿Qué dices? Eso es de neutrófilos...
-¿Vas a hacer siempre lo que las quimiocinormas digan?
-Te vas a enterar...¡Rolling!
TIRORIRORIRORIRORÍN.
Realmente, Harold me dio mucha confianza en mí mismo...Una noche, los dos estábamos dándonos un garbeo por los suburbios de vénulas de endotelio alto, cuando nos encontramos con ella: era esbelta, morena e isotónica.
-Tío Harold, mira ese linfocito B... ¡menudo MHC IIazo tiene!
-¿Por qué no vas a decirle algo?
-¿Yo? ¿Estás loco? Sólo hay una posibilidad entre 10 elevado a 6 de que...
-Si no lo intentas, no encontrarás tu receptor de antígeno ideal nunca. ¿Quieres ser eternamente naivirgen?
Antes, el Doctor Carrol ( DC entre nosotros) me había explicado que me veía cara de afinidad por la lepra lepromatosa, pero yo no se lo había contado a nadie. Me daba vergüenza.
Al final, hice caso a mi amigo y fui a decirle algo a aquel linfocito B.
-Hola guapa, ¿cómo te llamas?
La célula me chequeó de arriba abajo.
-Piérdete...
- ¡Lepra lepromatosa!- dije, sin pensar.
Entonces, su expresión cambió.
-...soy Bella.
-Hola Bella. Yo me llamo Henry. Te invito a un trago. ¡Camarero! Dos vasos de interleucina 5...
Y desde aquel momento, algo pasó. Teníamos filling, nos entendíamos a la perfección, había química... Estuvimos hablando toda la noche, menos un momento en que la dejé con Harold, pues tuve que ir al baño para exocitar unos deshechos. Todo iba bien, y al final acabamos en mi residencia. La noche perfecta...
A la semana, me enteré de que Bella iba a secretar inmunoglobulinas. Yo estaba tan ilusionado como lo estaría un padre primerizo, así que fui a verla de inmediato. Mas cual fue mi sorpresa y mi decepción cuando llegué.
-Pero... cariño, estas cadenas pesadas son gamma... ¡y yo te estimulé para IgA!
-Ya pero... ¿recuerdas cuando me dejaste a solas con Harold? Pues pasó algo: hubo miradas, él me lanzó interferones y...
-¡Nooooo!”

-...y eso es todo, doctor. Dígame, ¿qué hago? Ya no tengo fuerzas para seguir, ni humor... no me considero inmunocompetente.
-Bien, veamos Henry. No se tome a mal lo que le voy a decir. Es sólo una sugerencia pero... ¿ha pensado usted en la apoptosis?
-...¿no hablará en serio, doctor NK?
- Piénselo. Hay muchas células que lo practican...
Henry miró al linfocito natural killer con furia.
- ...¿no?
- Doctor, hemos terminado.
- Perforíneme el atrevimiento...
- No pasa nada. Gracias.
- Granzimas a usted.
- ...
Henry salió de la consulta y pseudocaminó a solas por los tejidos linfoides. Estaba harto, cansado, hasta la mismísima linfopoyesis... Bien pensado, la proposición del doctor NK no era tan descabellada. El linfocito se escondió en un rincón alejado y, cuando nadie miraba, se colgó de sus caspasas. Al instante, 3 macrófagos se abalanzaron sobre sus restos y no quedó nada.

martes, 10 de mayo de 2011

GUMER, NUESTRO HÉROE

Hoy es un aciago día en Comerciópolis. Las profundidades marinas han escupido un dragón en sus costas, el cielo se ha oscurecido por un meteorito a punto de impactar contra los rascacielos, eclipsando al sol, y una panda de enanos verdes atraca varios bancos impunemente.
Esta ciudad necesita un héroe urgentemente y sólo hay alguien en Comerciópolis capaz de hacer frente a tamaña amenaza. Él es el protector, el guardián de la paz, la luz de los desesperanzados...
Por la calle, el joven Timoty contempla el negro cielo, la bestia marina y los pequeñajos cabroncetes. El chico no duda en buscar en su bolsillo, sacarse un chicle y, mientras rasga el envoltorio, sin perder un instante, alza su voz al viento...
- ¡GUMEEEEEEEEER!

¡GUM GUM GUMER!

...nada pasa. El chico no se da por vencido: eleva el chicle y, con más fuerza, reclama de nuevo:
- ¡GUMEEEEEEEEER!

¡GUM GUM GUMER!

Nuevamente, el silencio es la única respuesta. La sombra del meteorito cada vez se cierne más alrededor del muchacho.
- ¡Gumer! Por favor...

...¿gum gum?

De nuevo, el héroe al que todos esperan no aparece. La enorme roca espacial cae con toda su fuerza en la calzada, dejando como único rastro las playeras de Timoty llenas de sangre y calcinadas.


“Soy Earl Brodway, y esto es el “Diario Kiosco”, en exclusiva con mi equipo para Comerciópolis. Nos dirigimos a la casa en las afueras donde reside Gumer, el héroe del pueblo, el hombre hecho de chicle que por razones que desconocemos hoy no ha acudido a su cita con la justicia. Hoy, nos proponemos encontrar la verdad.
Llegamos a su casa sin problemas, en donde tras llamar al timbre e identificarnos como la prensa local, la mujer de Gumer nos recibe amablemente y nos conduce hasta donde se encuentra su marido. Nos encontramos entonces con un hombre abatido y flácido, tirado en un sofá inerte con los miembros anormalmente estirados y enrollados sobre sí mismos para no tocar el suelo. Esta es la entrevista.

ENTREVISTADOR: Buenas tardes señor Gumer. Es un honor y un placer que haya querido atendernos en su casa.
GUMER: El gusto es mío.
E: Verá, señor Gumer, el motivo de que hayamos venido es preguntarle por qué no ha acudido esta mañana a salvar a la ciudad, ¿es que está cansado de ser un súper héroe?
G: Nada de eso. Pero, como puede ver, no estoy en disposición de ayudar a nadie...
E: Eso habíamos notado. Perdone nuestra indiscreción pero, si no le es molestia, ¿podría decirnos qué le ha pasado?
G: No. No es problema hablar de ello. Verá, estar hecho de chicle tiene sus ventajas... pero pocas. Por lo general es un infierno insufrible y lleno de dolor: sí, es cierto que cualquier parte de mi cuerpo se puede estirar hasta límites insospechados imposibles de alcanzar para cualquier otro mortal, pero el problema es que luego no vuelven a su tamaño original. Estirar mi cuerpo para hacer de colchón a un autobús escolar desbocado puedo hacerlo, pero sólo una vez. El chicle es plástico, no elástico, y si doy de sí mis chilcemúsculos, luego les es imposible recuperar su talla de manera ordenada. Esto reduce mis posibilidades a mantenerme estirado, o apelotonado y deforme si me aplastas, pero nunca llegar a estar tan entero como al principio de mis días. Supongo que ya se imaginará los problemas que ello acarrea: pérdida del tono muscular, disfunción corporal, casi absoluta incapacidad para valerme por mí mismo... y eso por no hablar de mis problemas de erección. Además, siendo de chicle es muy normal que toda la porquería de alrededor se me pegue, lo cual hace necesario una limpieza constante y rigurosa de la casa, así como una vigilancia continua de insectos o animales salvajes que puedan arrancarme cachos del cuerpo... tareas de las que, como puede usted mismo comprobar, yo no me puedo ocupar y acaba haciendo mi querida esposa.
(En ese instante, la mujer de Gumer nos interrumpe desde la puerta que da a la cocina)
SRA GUMER: Disculpen caballeros, pero ya es casi la hora de la cena de Gumer. Cariño, ¿te apetecen filetes?
G: ¡Oh sí! Eso sería fantástico cielito. Pero recuerda hacerlos puré bien. Ya sabes: no tengo minerales en el cuerpo y mis dientes no son duros.
(La mujer asiente recatadamente. Antes de introducirse de nuevo en la cocina, creemos ver una lágrima cayendo de sus ojos y oír un sollozo).
G: Pobrecita. Aún no se ha acostumbrado del todo...
E: Y díganos, ¿cómo aguanta esta situación?
G: Hallo consuelo en el visionado de películas, leo algunos libros mientras Marta (su mujer) pasa las hojas... pero, sobre todo, charlar me parece un pasatiempo animado. Por eso siempre me hace feliz recibir nuevas visitas. Así que, desde aquí aliento a cualquiera que esté interesado en conocerme que se pase por aquí un rato. Les prometo que no muerdo. Mis dientes son blandos. Jajá.
(Nosotros reímos por cortesía).
G: Solamente hay un requisito. Por favor... cuando estén delante... de ninguna manera, bajo ningún concepto, bostecen en mi presencia.
(Debido a la infame sugestión de la frase, un servidor no puede evitar abrir la boca con descaro. Trato de taparme el agujero con las manos, apretando la mandíbula con toda la fuerza de mis dedos, pero de nada sirve: es incontrolable. Horrorizado, mientras se escapa el aire por los pliegues, veo la cara de terror del señor Gumer mientras, contagiado de bostezo, abre la boca de manera desmesurada).
E: Lo sient...UAAAAAAAAAAAAHHHH...
G: NOOOOOOOOOUUUUUUUUUUUUUUUAAAAAAAAHHHH...
(Frente a mis ojos pasa la transformación al completo. Su mandíbula queda laxa, colgando de su cara y caída sobre su pecho).
E: Señor Gumer... ¿se encuentra usted bien?
G: Acg... acgga... acg... Bmáte...bmeeeee.

...¡GUM GUM GUMER!

miércoles, 4 de mayo de 2011

LAS MORALIZANTES AVENTURAS DE INTROITO Y REGULATOR

Capítulo 1: Los oscuros entresijos del guión


Miércoles por la tarde.
Introito, el entrañable robot descuartizador de miembros y su inseparable amigo a pilas, Regulator, son la típica pareja de amigos androide asesinos con un piso alquilado en el centro, que pasan los días delante del sofá frente de la tele.

Y regresamos con: “Amarte así, Niño-Mierda"
-Pero yo... aún te quiero.
-¡Aaaaaah güey! Mi Lulusita, yo también te extraño...


Introito volvió la metálica cabeza hacia su compañero.
-Sentimientos nuevos afloran en Introito. ¿Cómo es posible que Lulú, siendo hija adoptiva de María Antonieta, siendo hija legítima y heredera de Juan José Carlos Baldomero, dueño del imperio de “Condones con sabor a Polo Baldomero”, siendo abandonada por éste cuando era niña, siendo aceptada por éste tras salvarle la vida en un accidente con un parapente de madera, siendo madre de cuatro hijas con 4 maridos distintos, 16 en total, siendo fundadora de la asociación: “Millar de Hijos de Lulú por Zorrón”, siendo del BarÇa, siendo defensora del papel de la mujer en el trabajo y en las ferias regionales; y José Carlos Juan, siendo un empedernido vividor, siendo padre de 12 hijos no reconocidos, siendo padre de 53 hijas no reconocidas, siendo la hermano gemela de la madre de Lulú, siendo el padre de los hijos del hermano de Lulú, siendo el principal accionista de “Polos con sabor a Condón”, empresa rival de “Condones Baldomero”, siendo gay, siendo miembro fundador del Real Madrid, siendo un robot, siendo la verdadera madre de Lulú, se amen?
-Pipí, pipi-pipi.- repuso Regulator.
-Tienes razón. Esta serie es despreciable y tanto ella como el productor como el equipo de rodaje merecen ser exterminados por el riguroso juicio de Introito.
Introito se levantó mecánicamente y recargó su brazo láser.

-...pero es que Juan José Carlos, mi padre... ¡ES TU HIJO!

-...pero no hoy.- dijo Introito, dejándose caer de nuevo en el sofá.

jueves, 28 de abril de 2011

Ni-ni te molestes en venir mañana

Muajajajá. Por fin una buena noticia.

Hoy, en el programa de Ana Rosa (inciso: no soy fan ni de ella ni de la cadena. De hecho, a ella no la veo casi nunca porque suelo estar en clase y a la cadena tampoco porque lo que menos me apetece tras una jornada de 8 horas es aguantar la cara y los modales de Belén Nosequé en mi propia casa) han comentado una noticia estimulante. Resulta que un ni-ni-ni (ni estudia, ni trabaja, ni usa el cerebro) de 25 años demandó a sus padres porque no le daban la tan merecida paga que se había ganado con sus años de ni-esfuerzo (a ver quién se creen si no esos señores que impide que el polvo se adhiera al sofá cubriéndolo con su cuerpo). Tremendo varapalo debió llevarse el ni-niño cuando el juez no sólo no accedió a sus demandas, si no que le dio un plazo de un mes para que abandonara la casa.

La joven promesa de España manifestó la sed de ingresos que tiene una persona de su edad (fiestas... em... déjenme pensar... botellones... eh... ¿fiestellones cuela?) olvidándose de mencionar que sus padres ya le mantenían y le pagaban las letras del coche (demasiadas cosas que recordar para su ni-sesera). Ante la traición filial, los padres aprovecharon que el chico les había llevado al juzgado (para una vez que les invitaba fuera de casa...) para pedir que desparasitaran su casa y, en vista de las pocas ganas que tenía el chico de subsistir por sus propios medios, de que no participaba en las labores del hogar y de que ni siquiera pretendía un ambiente amistoso puertas adentro, el juez convino con ellos en que la garrapata debía irse a la calle, poniendo a prueba las leyes de Darwin sobre la supervivencia. Condena ejemplarizante que espero apriete las tuercas a muchos holgazanes.

Me ha gustado especialmente esta sentencia, porque me da la sensación de que los niños de hoy en día creen en todos sus derechos, pero olvidan todas sus obligaciones. Lo que hagan en sus casas no me molesta, pero ya veremos dentro de unos años si me quitan dinero del sueldo que conseguiré con mi esfuerzo para montar un albergue con que alimentar a los futuros ni-ni-ni-ni (ni estudian, ni trabajan, ni usan el cerebro, ni tienen un techo donde cobijarse).

sábado, 23 de abril de 2011

MI VIDA ENTRE PAÑALES

Soy un pañuelo.
Nací suave como la seda,
blanco, como la nieve de invierno.

Soy un pañuelo.
Si me utilizas, existo,
si no, me ocultas.

Tu nariz has limpiado conmigo,
de alegrías o de penas que te ofuscan.
Pudisteis empaparme en cloroformo,

utilizarme para sucios bacanales,
y después desecharme como a un estorbo,
lleno de mierda, entre pañales.

La porquería de vuestra vida,
habéis barrido con mi superficie,
ahora arrugada y manida;
gris y triste.

Ya el odio entretejió mis fibras,
así me he llenado de ideas homicidas;
él no me domina,
yo lo utilizo como mi pantomima.

Soy un pañuelo.
Con alcohol avivé mi fuego,
ahora yo me prendo, y a ti te quemo.

Soy un pañuelo.
Las llamas ascienden hacia el cielo
mientras mis cenizas son movidas por el viento.

Era un pañuelo.
Ahora, por fin, vuelo.

domingo, 10 de abril de 2011

Margo, el genio cabrón II

Clarita Espagueti era gorda. Ciertas personas admiten discusión al respecto, pero ese no era su caso: los niños le llamaban “Ombligo Infinito”; las ancianas en lugar de decir: “qué guapa” decían “qué guapas”; y el dicho: “si Mahoma no va a la montaña, Clarita vendrá y se los comerá a todos” era de los más populares.
Un día, Clarita volvía a casa tras comer un espárrago en “Mc Insipidonald´s” (la pobrecita llevaba meses en dieta sin resultado) cuando encontró una lámpara entre los arbustos. Su anatomía pícnica estimulaba la secreción de sus glándulas sebáceas (que sudaba, vaya) así que con ella se secó la frente. Inmediatamente, de su interior salió Margo, el genio cabrón.
- Saludos, ama: mi nombre es Margo y le concederé un deseo por haberme liberado.
A sus 16 años, Clarita había tenido tiempo para echar cuentas, y no desvelaremos el actual, pero de su peso ideal distaba por unos 30 kg.
- Deseo perder 30 kg en dos semanas, de una manera tal que a nadie extrañe.- dijo la chica, que no era tonta y no quería llamar la atención ni preocupar a su familia.
Margo asintió, dio un par de palmadas y, como por arte de magia, desapareció.
A la mañana siguiente, Clarita despertó contenta y fue a la báscula.
- ...mi peso de siempre. Bueno, aún hay tiempo.
Aquel día, se saltó su dieta, plenamente confiada en los poderes del genio.
Un día después, repitió la operación.
- ...uy. He engordado- pensó, viendo el resultado-. Además, dije: 30 kg menos. De nada sirven si engordo. Creo que hoy haré footing.
Por el camino, los niños la insultaban y los perros le miraban las chichas con ganas.
- Aprovechad, bestias, que en breve seré una chica nueva...
Entonces, empezó a llover.
- Mejor para mí. Menos gente cerca.
Cayó un rayo.
- Genial. Le ha dado a ese árbol cercano.
El tronco se precipitó.
- Ayayayayay...

Clarita despertó en el hospital. Un doctor la miraba con cara paternalista.
- Doctor... ¿qué ha pasado?
- Señorita Espagueti, no me andaré con rodeos: le cayó un árbol en las piernas y se las destrozó por completo. Tuvimos que amputar.
La chica levantó la sábana. Dos muñoncitos le saludaron.
Entristecida, Clarita lloró desconsolada. Mas de inmediato paró: aún una mala noticia le aguardaba.
- Doctor... ¿cuánto pesaba cada una?
- Unos 8 kg. En total 16.
Clarita tragó saliva.
12 días, 14 kg y un sinfín de apéndices por perder. Brazo, lengua, piel o cara, ¿qué parte del cuerpo le faltará mañana?

lunes, 28 de marzo de 2011

MATADRAZOL

¿Problemas de espalda? ¿problemas de sueño? ¿problemas con el vecino?

Llega... ¡¡¡MATADRAZOL!!!

MATADRAZOL Es un producto especialmente desarrollado por científicos de la NASA para aliviar sus problemas y los de toda su familia.

MATADRAZOL

Con su combinado activo de plantas y hierbas medicinales curativas, le da vigor y alegría todo el día.

MATADRAZOL

Gracias a su alto contenido en Estrocladiol y Hormonas Pirimpimpimploideas, Furuncumblastos y Chorrotrones, le ayuda a liberar la energía natural de las células del organismo...

“¿Estimulando la acción de las mitocondrias?”

...mitoqué?¿

MATADRAZOL

Usted no ha probado nada igual, porque usted no es un mono experimental.

¡¡¡¡¡¡¡MATADRAZOLLLLLLLLLLLLL!!!!!!!

9 de cada 10 neurólogos nolo recomiendan para no sufrir impotencia.

MATADRAZOL

Ya en farmacias clandestinas.

Advertencia: Este producto ha sido descatalogado varias veces, repudiado por la sociedad científica, tachado de inmoral y sanidad advierte que es un producto inflamable. No exponer al Sol. MATADRAZOL es inadecuado para todos aquellos que no deseen morir de manera prematura, perder el cabello o las erecciones. Por consiguiente no compre: MATADRAZOL.

lunes, 21 de marzo de 2011

Diario Sexual Capítulo II

Actividad sexual de Dani en los últimos 2 minutos:

Hoy, mi gata se me ha sentado encima y ha empezado a ronronear. La he apartado.

FIN

Diario Sexual Capítulo I

Adevertencia: el contenido que usted está a punto de visionar no está recomendado para menores de edad. Si usted tiene más de 18 años de edad, puede continuar. Si no, le aconsejamos que pida una autorización expresa a sus padres antes de seguir con el visionado, y si no la obtiene, que desista en el empeño de realizar el citado visionado, ya que el contenido aquí expuesto es altamente fraudulento y puede tener repercusiones en el desarrollo intelectual de los niños.
Quedando claras las condiciones, así mismop el equipo del blog no se hace responsable del mal uso que se pueda dar a la siguiente historia, recayendo la responsabilidad directamente en el responsable del visionado, padre, madre o tutor legal (en caso de incapacitancia de los anteriores por ineptitud o defunción) competente, siempre que el visionado haya sido visionado por un menor de edad mientras no era visionado por un adulto. Visionado.
En conclusión, establecemos que:
a) Si usted tiene más de 18 años, puede continuar leyendo.
b) Si no tiene más de 18 años, regrese al servidor inicial y vuelva con una autorización expresa de sus padres/ tutores legales.
c) ¡Visionado visionado y visionado X 3!




Actividad sexual de Dani en el último mes:

FIN

lunes, 14 de marzo de 2011

Jeni la bruja

- Cuenta la leyenda, que en la edad media vivió una bella campesina llamada Jeni. Un día, yendo al río a por agua, se encontró con un joven y noble caballero. Cuando sus miradas se cruzaron, el uno quedó prendado por la belleza del otro y ambos dieron rienda suelta a su pasión y a sus bragas.
>>Durante meses, caballero y campesina se estuvieron viendo cada noche en el mismo río hasta que un día él dejó de aparecer. Dolida, Jeni seguía acudiendo al lugar de la cita, hasta que un día corrió por el pueblo la noticia de que la hija del señor feudal se había prometido con un noble extranjero. Cuál fue la sorpresa de Jeni al descubrir que aquel noble pretendiente era el mismo con el que ella había estado viéndose.
>>Jeni cayó en una profunda depresión, y más cuando se enteró de que estaba encinta, como su padre (el semen de noble es muy potente...). Mas cuando la chica fue a pedirle cuentas al caballero, este se desentendió de ella cual señora que se te cuela en la cola del súper.
>>Marginados y repudiados, Jeni y su padre fueron exiliados. Trataron de sobrevivir como rameras errantes, pero ella no tenía éxito pues, ¿quién iba a estar tan enfermo como para querer a una prostituta embarazada? Su padre enamoró a un noble francés, se casaron y tuvieron doce hijos (...pero que muy potente). Ahora Jeni estaba sola con su retoño, y sabía que no podría sobrevivir. Un Halloween, invocó al demonio cortándose un Winy de Pooh en la muñeca izquierda, para vengarse del caballero. Y aquella misma noche, tras ahogados gritos de dolor, el noble fue hallado muerto en su alcoba.
>>Se cuenta que cuando Jeni murió, el diablo se llevó su alma tanto por haber condenado al caballero, como por haber desvelado el conocimiento de una puerta al infierno que cualquier mortal podía abrir de ahora en adelante...
En la clase, los niños quedaron en sobrecogedor silencio.
- Bravo, señor Cabezas. Un 10.- asintió la maestra.
- ¡Paparruchas!- se quejó Carletes, el gracioso de clase, en voz alta- Es una historia de mierda. ¡No puede ponerle un diez a esa tontuna, señorita Warra!
- ¡Es Warren!- se quejó la maestra.
- ¡No es una historia de mierda!- se defendió Eduardo Cabezas- Me la contó mi madre y me dio mucho miedo. Tanto que me hice pis encima...
- Jajajá- rió la clase entera.
-...y caca...
-Jajajajajajajajajajaja...
- ...en mitad de mi comunión...
- Jajajajjajajajajajajajjjjajajajajjajajajjajajajajajajajjajajajajajajaajjajajaja...
- ...a la que asistió una excursión de chinos y que sacaron fotos de todo...
-¡JAJAJAJAJAJAJAJJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAAAAAAAHHHH!
- ¡Eduardo Cabeza Hueca!- profirió Carletes.
- EDUARDO CABEZA HUECA, EDUARDO CABEZA HUECA, EDUARDO CABEZA...
-¡Sileeeeeeeeeeeeeeeeencio!- rugió la señorita Warren- Ya estoy harta, Carlos, de tus continuas interrupciones. No me hice profesora para esto...
- Cálmese, señorita Warra, si no nunca encontrará un marido.
- ¡Es Warren! ¿Y qué hace Timi Otule en el suelo?
- Murió de un infarto durante el ataque de risa.- informó una niña.
- Señor...- se quejó la señora.
Entonces, descubrió que Eduardo Cabezas, ese chico tan tímido, estaba llorando.
- Oh... ¿estás llorando Eduardín?
- Jajajajajaja...
- ¡¡¡¡¡Silencio!!!!! Ven, vamos a llamar a tu madre- la mujer sacó un móvil de su escritorio y marcó el número-: ¿Hola? ¿Es la madre de Eduardo? Hola Jennifer le llamo de la escuela ¿cómo está? Yo bien sí, pero su hijo está llorando como una niñita y... no, esta vez no se ha hecho pis...
- JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...
- Eduardo Cabeza Hueca Eduardo Cabeza Hueca...- empezó a entonar Carletes mientras la profesora se llevaba al chico fuera de clase y el equipo de forenses de Madrid al pequeño Timi Otule.

Noche de Halloween. Tras emborracharse con sus coleguis, Carletes ha vuelto a casa y está tumbado en su cama boca arriba. A pesar de la borrachera, el chico se ve incapaz de conciliar el sueño. Suena un reloj de cuco. Las 12.
- Y aquí sigo, con dos cojones- dice Carletes, que por algún extraño motivo no ha sido capaz de olvidar los acontecimientos que obligaron a la madre de Eduardo Cabezas a sacarle del colegio-. Aquella historia de mierda sólo era una paparrucha digna de un Cabeza Hueca.
La luz de la luna fíltrase por el resquicio de su ventana.
- ...por otro lado: ¿desde cuándo tenemos reloj de cuco?
La luz deja de colarse.
- Es una nube, tan sólo eso...- dícese el crío mientras tiembla.
Entonces, un llanto aterrador cala desde sus oídos hasta el alma. Tan pronto sus ojos se acostumbran a la oscuridad, distingue una silueta al otro lado de la habitación.
- Es mi imaginación, tan sólo eso...- dícese, con ganas de ir al baño.
La silueta, envuelta en un camisón blanco, empieza a caminar hacia él. Carletes se echa la manta sobre la cabeza.
- ¡Maldita imaginación!- dícese entre sudores fríos.
Segundos más tarde, y aún no ha pasado nada. Cuando Carlos ya se siente a salvo, nota una presión en el otro lado de la cama. Alguien se apoya.
- No volveré a beber... no volveré a beber...- reza, con tino.
Entonces la manta se eleva. Alguien está dentro con él. Pero en la oscuridad, con la tela en los ojos, no ve nada.
- ¿Quié... quié... quié...?- trata de articular el crío.
- ¿Puedo dormir aquí?- pregunta una voz horrible, como procedente a la vez de varios sitios al tiempo, muy cerca de su rostro...
- No... no... no hay espacio.- tartamudea él, entrecortado y despacio.
- Entonces tendrás que hacerme hueco...
- ¡Ahhhhhhh...!

La mañana siguiente a Halloween, el equipo forense de Madrid fue enviado a una casita por un macabro suceso. A las 8:00 a.M., una mujer había encontrado a su hijo decapitado en la cama. Minutos después, tras rastrear la casa entera, se halló el cráneo en el exterior, vacío por dentro y con una vela en su interior, confundiéndose entre las calabaza. A sus pies, una nota escrita en sangre: “Y ahora, ¿quién es el cabeza hueca?”.
En la escuela de Carlos, los niños guardan un respetuoso minuto de silencio.
-...ya.- informa la señorita Warren.
Los niños bajan los brazos, visiblemente afligidos.
- Todos sentimos mucho lo que le ha pasado a Carlos...- informa la maestra, adivinando sus caras- Pero la vida continúa, y él habría querido que siguiéramos con la clase...
Los chicos se miraron entre sí.
- ...por fin sin interrupciones.- añade la mujer en un susurro, subiéndose un poco más la manga izquierda de su camisa.

FIN

sábado, 12 de marzo de 2011

Margo, el genio cabrón I

Juanito Butterfly era un chico normal y corriente (con su familia unida, sus amigos juegapokemon y su "chucho" normalucho) excepto por un detalle: casi nunca aprobaba.
Daba igual lo que estudiara porque, a la hora de la verdad, era coger el boli y quedarse tan en blanco como su folio. Los cursos que pasaba, eran el resultado de esfuerzo y pena de sus profesores.
Un día, volviendo a casa de sus clases particulares de física, mates, inglés y religión (con el primer y último profesor particular de religión de la historia) se encontró una lámpara encadenada a una farola. Juanito era la única persona del mundo que no había visto Aladín, pero le picaba la espalda y se rascó con ella. Al instante, un genio verdoso, sonrisa afilada y los ojos entrecerrados ("cara cabrón") apareció.
- Saludos, amo. Soy el genio Margo y le concederé un deseo por haberme liberado.
Juanito no dudó ni un momento.
- Deseo no volver a suspender un examen en la vida.
Margo dio dos palmadas.
- Deseo concedido.
Y, como por arte de magia con un "como" colado, genio y lámpara desaparecieron.
Feliz y contento, Juanito volvió a su mierdero apartamento.

Una semana después, sería el examen de geografía. Para sorpresa de sus compañeros, Juanito no fue a las clases de refuerzo.
- No lo necesito. No voy a perder el tiempo.- decía.
A dos días del examen, sus compañeros organizaron un grupo de estudio a la desesperada para la biblioteca.
- No lo necesito. No voy a perder el tiempo.- repitió.
La noche antes del examen, la madre de Juanito le pilló en el cuarto jugando a la play mientras chateaba con una prostituta de un país del este y comía nachos.
- ¡Estudia!- le gritó.
- No lo necesitó. No voy a perder el tiempo.- fue de nuevo la contestación.
- Como suspendas te echo.
La mujer salió dando un portazo.
La mañana del examen, Juanito metió boli y folios en la cartera y partió.
De camino, trató de repasar el temario, pero no encontró ningún conocimiento en su cabeza.
- Es igual, de eso se ocupa el genio. Ya no necesito estudiar. Sería una pérdida de tiempo.
El chico cruzaba la calle del instituto cuando un coche le pasó por encima.
Su entierro corroboró que Juanito estaba en lo cierto: estudiar habría sido una pérdida de tiempo.