jueves, 5 de abril de 2012

Adiós

Lo primero, lo menos importante, y es que no sé si esto lo leerá alguien. Llevo mucho sin escribir, y no sé si fiarme de la subida de visitas. Tal ve no sea más que un viejo blog olvidado. Vamos, que no sé si sólo escribo para mí.
Pero esto no fue siempre así. Aunque bueno... nunca lo leyó casi nadie, eso es cierto. Pero fue un buen sitio, el mejor para mi gusto. Cada letra que puse en él, cada segundo que empleé en pensar las historias... fue inconmensurable y, aunque al principio más valioso que al final, nunca dejó de merecer la pena el mantenerlo vivo. Hasta ahora.
No sé porqué me cuesta tanto dar este adiós. Si me preguntaran directamente, supongo que diría: "recuerdos", pero se quedaría corto de dolor. Sospecho que hay más, y creo que eso es que, en verdad, fue apreciado, me dio mucho, y siento que nunca podré pagarle todo lo que me hizo sentir.
En cualquier caso, termino: no voy a borrarlo. No me avergüenzo de nada de lo que contiene, y creo que no soy quién para eliminarlo. No sé si tal vez en el futuro alguien leerá sus historias por casualidad (sería tooooda una novedad, bastante irónica), pero tienen todo el derecho a seguir existiendo. Simplemente, lo abandono. Por eso es probable que esto sea simbólico y sólo lo escriba para mí, porque lo único que voy a hacer es dejar de entrar en él. Para poder avanzar. Para poder plantearme pasar página.
Por último, y ya sí que termino: gracias. Es todo cuando tengo dentro: gratitud. Hacia quien lo leyó (los menos), hacia quien creyó en él, hacia quien lo cuidó... hacia él mismo, por todo lo que significó y lo que me hizo sentir.
Rayos... no sé muy bien cómo cerrar. Sólo se me ocurren tópicos. Dejaré volar a estas mariposas con un: "buen viaje, suerte y hasta que deis lugar a nuevos capullos".

sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Eres medium tontum, o te lo haces?

“La gente normal no acostumbra a ver muertos... excepto los estudiantes de medicina y los psicópatas. Y los maquilladores de cadáveres también. Por ejemplo.
Pero yo... yo veo algo más: veo a los muertos, vivos. O sea... no. Vivos vivos no están. Se mueven y hablan sin tener vida. Eso sólo lo veo yo. Soy una médium.
...bueno, los titiriteros también un poco.”

Mari Paz Repull repasaba mentalmente los capítulos de su historia con el más allá.
- De pequeñita, jugaba con niños que vestían raro. Eran de la época grecorromana...
Cuarenta años atrás. Carnaval.
-Maripiti, ¿no te “vaz” a “difrazar”?- pregunta un compañero del jardín de infancia a la joven Mari Paz.
- Eres tú el que debería disfrazarse de persona de mi época. Tú estás muerto. Yo estoy viva. Deberías imitar mis costumbres, fantasma.
- ...uuuuuuuy. Qué “graro”- se sorprende el mellado niño-... “vamos” a “tiradle” “piedlas”.
Los infantes recogen materia prima del suelo y atacan a la muchacha.
En la actualidad.
- Los niños pueden ser muy crueles con aquello que desconocen.

Mari Paz pasea por la calle principal de su ciudad, abstraída.
- Para ser respetada y poder ayudar a la gente, una médium tiene que empezar en las más bajas esferas...
Veinte años atrás. Repull recibe en su gabinete telefónico de adivinas, televisado por una cadena de mala muerte y peor programación, la llamada de uno de sus adeptos.
- ¿Qué signo del zodiaco eres?- pregunta la médium mientras baraja las cartas del tarot.
-Piscis.
- Dime, “Piscis”, ¿sobre qué quieres saber?
- Bueno pues... yo quería preguntar sobre una persona, que está muy enferma yyy yo quería saber si se iba a “recuperá”.
- ¿Quién es esa persona, Piscis?
- Pues eeeees... ¡tuputamadre!
Un tono indica que el bromista ha colgado.
- ¿Ah sí? ¿Te crees que esto tiene gracia, niñato? Pues ya veremos quién se ríe cuando te llegue la factura telefónica... ¡porque os cobramos el triple de la tarifa que anunciamos mientras esperáis a que os den paso! ¡Ja!
Actualidad.
- Dos días después, el programa fue cancelado, el canal embargado y a mí me echaron. Mis compañeras de trabajo me escupieron en el pelo al salir.

La médium se encuentra a un vagabundo durmiendo entre cartones.
- La vida es tan frágil... el futuro se convierte en pasado con tanta facilidad que apenas tenemos tiempo de darnos cuenta de lo efímera que es nuestra existencia. Pero en nuestra historia no sólo hay pérdidas, sino también triunfos, y yo he llegado a saborear las mieles del más alto reconocimiento y honor que puede alcanzar una médium...
2 años atrás. Plató de Telecinquillo.
- Eres... una... FALSA- grita una colaboradora.
- ¡TU MADRE, MAMARRACHA!- responde Mari Paz.
- ¡Anda mentirosa, que a mí no me la cuelas...!
- ¡QUÉ TE VOY A PONER 3 VELAS NEGRAS! ¡QUE ERES MU MALA GENTE!
- ¡Estafadora!
- ¡PUES 5!
- A ver. Por favor- dice el moderador. Lo hace en bajito, mientras sonríe y se frota las manos.
- Mira- comienza a hablar la tertuliana-, te voy a decir las cosas claras y con respeto, porque yo soy muy clara y respetuosa, no como tú: eres una mentirosa sin escrúpulos, una lianta y, encima, hueles mal.
- ¡UH LO QUE ME HA DICHO!
Mari Paz se levanta de la silla y arremete contra la colaboradora. Mientras la médium aprieta a su contrincante la cara, ésta le sujeta fuertemente del pelo y tira.
- ¡DE LAS EXTENSIONES NO, DE LAS EXTENSIONES NO...!
- A ver. Por favor.
Actualidad.
- Sí. Llegué a la cima. Pero la fama no es eterna...
3 meses atrás. Plató de telecinquillo. Una mujer entre el público expone su pregunta a Mari Paz.
- ...y eso es lo que me pasa, que todavía no han encontrado el cuerpo- comenta la espectadora entre sollozos.
- Ssssdí... – responde Mari Paz, con la lengua pesada y los ojos rojos-. Ydo... ydo veo el cadáver de tu hija... ehm... flotando en un río.
La mujer mira en todas direcciones, confundida.
- Pero... si mi hija está aquí- explica, señalando a su joven acompañante-. Yo le preguntaba por mi marido.
- Perdo vamos a ver... ¡¿AQUÍ QUIÉN ES EL MÉDIUM?!
Mari Paz se levanta blandiendo un hacha y salta sobre el público, en busca de la joven. Los espectadores huyen despavoridos, tiran sus sillas, el plató se deshace en chillidos. El caos reina en el estudio.
- ...a ver. Seguridad. Por favor.
Actualidad.
- Aquel día, mi éxito se acabó. Se habló de drogas, mezcladas con alcohol y con gigolós filipinos... fue mi ruina. Ahora, he de convivir a solas con mi don, sin poder usarlo para ayudar a los demás, como Dios querría.
Mientras camina, un hombre ensangrentado y con el rostro desfigurada se arrastra hacia ella.
- Por favor... ¡ayúdeme!
- No puedo. Ya estás muerto. Debes hacerte a la idea y proseguir tu camino hacia la luz.
La médium pasa de largo y continúa su camino.
- Es tan duro...

Mari Paz llega al destartalado cuchitril en el que subsiste, cuelga la chaqueta en su retorcido perchero y deja las llaves en la mesilla. Cuando entra en su alcoba, una terrible nueva visión la sobrecoge.
- Oh no. Es el cadáver de un criminal Camboyano, sucio y maloliente, que se ha tumbado en mi cama esperándome para que le ayude a cruzar al más allá.
- ¿Pero qué coño dices?- responde el hombre en gallumbos sobre su cama-. Soy Rober, tu marido. Y a mí también me jode estar casado contigo, deja ya de inventar historias y límpiame el resto del culo, que no llego a todas partes.
Mari Paz asiente.
- ...pero hoy duermo en el sofá. Por favor.
3 horas más tarde. Dos golpes en la puerta hacen que Mari Paz se levanté de su incómodo sofá cama. La rata que ha estado recostada en su pies hasta ahora huye despavorida.
Cuando la mujer gira el pomo, dos agentes de policía aparecen en el umbral.
- ¿Es usted Mari Paz Repull?
- Sí, agentes. ¿Han venido porque requieren mis servicios como médium para identificar un cadáver que no encuentran porque el asesino no quiere confesar?
- Eh... pues lo cierto es que no. Varios testigos la han identificado a la hora de un múltiple accidente en la calle principal. Al parecer una de las víctimas le pidió ayuda y usted se la negó. Eso es omisión de socorro.
El otro agente irrumpe en la casa, empuja a la señora contra la pared y le pone unas esposas.
Luego, se la llevan en el coche patrulla hasta una prisión de mujeres, en donde será asesinada la primera noche por una reclusa obesa a la que dirá que sus futuros trillizos crecerán sanos y fuertes.
- Ayudar a los demás es tan duro...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Las Montañas de la Duda

Se dice que el mundo es el esqueleto fosilizado del legendario dragón gigante Arg Tetis. De su tortuosa fisionomía, cuenta la leyenda que su columna vertebral forma la escarpada sierra de el Fin de los Tiempos, la última fortaleza que separa el mundo civilizado de los mares de Hielo y las llanuras de Cráneo, hogar de los salvajes "Remendadores de Entrañas", conocidos así por su fama de tejerse las ropas con los tejidos de sus adversarios.
Entre las montañas, se halla el reino de Gruendlar, que significa roca y fuego en gruendlés, cuyos habitantes, fieros guerreros nacidos y modelados en el campo de batalla, consagran sus vidas a la defensa del resto del imperio. Su rey, Güinifredo Frito el Salado, comanda con mano dura sus ejércitos para hacer frente a las acometidas invasoras.
Una fría mañana de Aycojón, el décimotercer mes en el calendario gruendlés, el corazón del monarca, que había soportado guerras sin cuartel, la pérdida de amigos en el fragor de la batalla y dos taquicardias, recibe ahora un nuevo mazazo cuando Eleanor, su amada esposa, cae gravemente enferma.
- Mi señor...
- Estoy aquí- responde Güinifredo, sentado junto a la cama en la cual su mujer yace postrada.
- Me muero.
- Está débil- informa el médico, mientras cambia las sanguijuelas de su pecho.
El resto de la corte, sus más cercanos amigos, bajan la vista aflijidos.
- Mi señor, he de confesaros algo.
- No hables, querida.
- ¡He de hacerlo! No puedo irme de este mundo con la conciencia intranquila.
- Mi señor, sí me permitís- se adelanta el bufón-: no soy muy docto en la medicina del cuerpo, pero si hay algo que puede aliviar un corazón apesadumbrado, eso es la sincera limpieza del alma.
El rey mira a su más sabio consejero un instante. Luego, devuelve la atención a su esposa.
- Adelante. Habla.
- Es sobre Sylvina.
- ¿Sylvina? ¿La bastardita? ¿La más bella flor que brotó de mis semillas?
- Sí, bueno, a eso iba...
El doctor recoge sus utensilios aprisa.
- Con esta fiebre, puede que delire- informa el hombre mientras se levanta.
- Esa hija no es tuya. Es mía.
- Eso es imposible, querida- dice Güinifredo-. La engendré con una doncella en la posada de las Rosas Amorosas.
- Esa doncella no quedó embarazada. La niña es mía...
- Eso no es...
- La fiebre le hace decir cosas extrañas- sigue informando el curandero, cada vez más alterado.
- ...y del doctor.
El hombre empieza a toser.
- ¡¿Pero cómo dices tal cosa?! Yo mismo asistí al parto.
- Era yo disfrazada. Tras un tórrido encuentro, el hombre que ahora me trata me dejó encinta. Yo supe por los criados de tus aventuras amorosas, y aproveché la confusión para intercambiarme con la doncella en la posada y mandarte llamar en el momento del parto.
- Pero...
- ¿No recuerdas aquella época en que engordé tanto y, al día siguiente, estaba cómo siempre?
- Sí...
- Pues eso.
- Aghhhh,¡mil rayos! Mi honor mancillado.
- Si no, ¿por qué iba a acoger al fruto de mis cuernos de tan buen grado?
- Miente... ¡miente!- grita el médico, histérico-. Ajajaja... están todos locos, locos.
- ¡Guardias!- grita el rey-. ¡Coged a este matasanos!
Dos soldados entran y reducen al desquiciado hombre.
- Y en cuanto a ti...- sigue el monarca, elevando el dedo hacia la mujer.
-Mi señor, si me permitís- vuelve a interrumpir el bufón-: los caminos del amor son a menudo tormentosos y escarpados, y juzgar con nuestro juicio imperfecto eventos tan pasados es a veces demasiado osado. Da igual lo que esta dama eligiera antaño: ¿no es lo que sufre ahora suficiente castigo?
Güinifredo mira el demacrado aspecto de su esposa.
- Está bien.. no mancharé mis manos. Dejaré que obre la naturaleza como mano ejecutora... pero al médico me lo empaláis, porfa.
Los soldados asienten.

Horas más tarde, el segundo médico de palacio informa de la defunción de Eleanora. Güinifredo charla con su consejero en el salón real, a solas.
- Mi honra... ¡mi honra!- suspira el hombre desde su trono.
- Mi señor, si me permitís- comenta el bufón-: un bufón no se hace: nace. Mi padre sirvió a vuestro padre, Ajo Frito el moderedamente Tostado, y por lo que me contó, durante su reinado muchas situaciones difíciles hubieron de ser afrontadas. No hagamos del grano una montaña. Vuestra situación no se ha enturbiado.
- ¿Qué dices? Mi honor, mi orgullo...
- ¿No os parece que la joven Sylvina ha estado creciendo bella y sana como una rosa?
Güinifredo mira al bufón. Éste le guiña un ojo.
- No sugerirás...
- Sólo digo que la vida siempre brinda oportunidades inesperadas, que un clavo saca a otro clavo y que si se cierra una puerta, es probable que se abra una ventana- informa el lacayo-. ¿No es cierto que su idilio con Sylvina, ya no sería incesto?
Güinifredo se recuesta en el trono con las manos frente al estómago.

Dos días después de la muerte de su esposa, Güinifredo contrajo matrimonio con su antigua hija, Sylvina. Nueve meses más tarde, la muchacha se haya a punto de alumbrar a su vástago.
- Empuje, empuje...- canta el segundo médico.
- Ya casi está cariño, un poco más...- anima Güinifredo.
- Uffffffff...
Los llantos de una nueva criatura inundan la sala.
- Felicidades. Es un... uy- dice el médico.
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
Güinifredo se asoma entre las piernas de su dama.
- Uy. ¿Y esas botas picudas? ¿Y esas mallas verdes? ¿Y ese gorro con cascabeles? ¡Bufón!
El arlequín mira a su hijo. Una lástima que tuviera razón: bufón se nace.
- Mi señor, si me permitís: ¿qué fuerza puede ser capaz de detener ese vendaval arrollador que es el más universal de los sentimietos? ¿quién de entre nosotros, mortales, puede encauzar esa corriente verdadera hacia los mares de la cordura, cuando su candor le inunda? Si es por culpabilidad, lo admito: he pecado de amor. Mas ¿de qué serviría castigo, si no estuvo nunca en mi mano ponerle freno al destino? Es de recordar que los errores de hoy, no son más que las anécdotas sin importancia que el mañana recordará como el ayer. Así pues, en virtud de no errar con el veredicto. ¿Cuanto más provechoso es el perdón que el castigo para el verdugo?
El rey medita las palabras un momento.
- Bueno. Pero la cabeza te la corto.
- Jo.
- Guardias. Llevaros al bufón y a Sylvina.
Los hombres se llevan a los reos.
- Ni siquiera he tenido una fraseee- grita Sylvina mientras es arrastrada.
El rey recoge a la progenie del bufón de manos del doctor y la sostiene entre sus brazos.
- Y en cuanto a ti, a ver si a la tercera va la vencida, creces sana y por fin me das un heredero.
- Esto, mi señor...- informa el segundo médico- ...es un niño.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Margo, el genio cabrón V

Nazahoria era muy lista. Había dedicado toda su vida a la filantropía, estudiando varias carreras (historia, medicina y derecho, entre otras como ortofruticultura e ingeniería del papel higiénico).
Los libros fueron testigos de su amor cuando en una biblioteca conoció sir Anthony Churruaca, un joven arqueólogo de vías de tren seco y soso como la vagina de una octogenaria sin sal, que como buen marido florero fue llevado al altar sin pedirle su opinión y forzado a mantener relaciones con Naza (que era desagradable como el baño de un buffet libre) hasta darle dos hijos, pero felizmente, porque ni por asomo se había planteado una alternativa a morir virgen. Feliz también estaba el maquinista borracho del tren que le pasó por encima.
A Nazahoria Anthony se la traía floja (en efecto: tenía vestigio de pene), pero durante toda su vida había querido encontrar a Margo. Seguiría las reglas y le derrotaría, porque era muy lista. Gracias a su estudio, tuvo constancia de la lámpara en tiempos del faraón Tutrancahélice, que le pidió al genio una mayor potencia sexual. Los visires proponían un método para invocar la lámpara de las desdichas: un gran mal remedio, para un gran mal a secas. Naza sólo necesitaba un gran mal.
La doctora llegó a casa y asesinó a sus hijos con una cinta VHS de “Saber vivir” (qué ironía). Como por arte de magia, encontró junto al fregadero una lámpara. Ávida, la frotó.
- Saludos. Mi nombre es Margo, y te concederé un deseo- recitó el buen mal genio cuando salió a la luz.
La mujer se lamió los labios.
- Deseo que todo lo que desee se cumpla.
Margo la miró. En todos sus años, durante toda su vida nunca había oído un deseo que no pudiera ser malogrado. Aquella muchacha le había estado esperando. El genio apretó el gesto, mas finalmente la relajación acudió a su tramposo rictus.
- Sea.
Dio dos palmas. Pero no desapareció. En su lugar, se mantuvo con gesto desafiante.
Naza adivinó su mirada. El genio estaba ahí para retorcer sus deseos. Debía ser cuidadosa, pues quería resucitar a sus hijos, pero no quería zombis manchándole la alfombra.
- Ya lo tengo- dijo la mujer-. Que mis hijos retornen a la vida...- Una avispa se posó en su lengua.
Margo sonrió. Naza, no. Aquel genio astuto, era muy puto. La mujer esperó hasta que la avispa se hubo relajado. Empezó a alzar el vuelo.
- ...tal y...- La avispa volvió. Se elevó de nuevo.- ...como...- suspendida frente a sus ojos, la avispa pareció mirarle. No era mala. Sólo “Maya”- ...estaban antes de que...
Un gorrión entró por la ventana y le arrancó la lengua de una picotada.
Nazahoria corrió y chilló, pero por encima de todo, sangró. Desesperada, sacó lápiz y folio de su escritorio.
DESEO QUE MI BOCA ESTÉ EXACTAMENTE IGUAL QUE ANTES DE QUE ME ARRANCARA LA LENGUA UN AV...(manchón de sangre). Sangre que salpicó cuando el motor de una avioneta que sobrevolaba la casa atravesó el techo y le seccionó ambas manos.
La mujer miró a Margo. Él esbozó una sonrisa. Ella no se rindió, y trató de escribir sus deseos en el suelo con la sangre de sus muñones. Pero tuvo que detenerse al notar sendos mordiscos en sus piernas. El genio soltó una carcajada. Se lo estaba pasando piruletilla. Al bajar la mirada, la mujer vio dos hijos zombis royéndole las pantorrillas.
- Pod el amod de dioz...- “penzó”, antes de ser devorada.

Nazahoria quedó hecha trizas,
porque era, muy muy lista.

domingo, 28 de agosto de 2011

Miedo al cambio

Nos agarramos con fuerza a cosas que nos queman, porque lo demás nos es desconocido, no porque lo actual nos llene. ¿Cuántos oficinistas han aguantado en un trabajo de mierda con el que no soñaron cuando eran niños? ¿Cuántas amas de casa siguen fieles a un marido que no la trata como se merece?
Miedo... todo es por lo mismo. No somos felices, pero no queremos cambiar, porque el cambio es eso: mutable, incierto. Nos da miedo soñar, porque conocemos los horrores de los que es capaz nuestro mundo y no queremos afrontarlos, preferimos conformarnos. Así, nos aferramos a las cadenas que en su día elegimos hasta que se nos despellejan las manos, caemos y morimos, morimos para no levantar porque, ¿cuántas resucitaciones conocemos? Muy pocas...
Al final acabamos solos, pero de una manera más terrible a la soledad que queríamos evitar: porque esta vez no son nuestros conocidos los que nos abandonan, sino nosotros mismos los que nos dejamos tirados, nos olvidamos de quienes somos y nos convertimos en una masa de huesos y carne sin ilusión, sin ningún sueño que rellene nuestro vacío interior.
¿Tanto nos cuesta luchar? ¿Tanto nos cuesta acabar el camino, hasta donde lleguemos, con la dignidad de haber intentado ser felices? ¿Tanto nos cuesta alzar las alas y volar? Aunque todo esto nos lleve a estamparnos contra el suelo, por lo menos, habremos disfrutado de las vistas.

jueves, 28 de julio de 2011

Para el que le interese

Y con esta de hoy concluye el maratoniano ciclo de historias. He de decir que no siempre ha sido fácil mantener el ritmo de una historia al día durante una semana, como he de decir que hice trampas y ya tenía 3 preparadas.
Espero hayan disfrutado leyendo tanto como yo escribiendo. Pasen un buen verano y hasta la próxima (no hoy, pero quizás sí mañana...).

Crepus-ano en Gandía

No soy como ellos. No soy un chico normal. Me llamo Eduardo Cullenpompa... y soy un vampiro.
La familia Cullenpompa, noble estirpe de arcaicos vampiros, veranean en Gandía como cada año. Mamá Cullenpompa prepara la sombrilla y las toallas.
Arena: cambiante, mutable. Ente sin alma que no se decide a tomar una forma fija. Es tan siniestra y a la vez tan atrayente...- piensa Eduardo Cullenpompa, mientras hace castillitos de arena.
- ¡Edualdiiiiiito!- le grita su madre-. Ven “pacá” que te tengo que “echal” la crema “pol” la espalda, que si no “me te” quemas.
Eduardo obedece.
- ¿Y tu “paaadle”?- continúa la madre, extendiendo la masa.
- Está ahí- señala el joven vampiro.
En la orilla, un hombre con el torso brillante saca pecho y aprieta los músculos frente a un grupo de italianas bañistas.
- Uyuyuyuyuyuyuyuyuyuyyyyy... ufff, no me miréis... soy un monstruo... uffff... uyuyuyuy... qué monstruosos y qué bueno que estoy...
- ...valiente imbécil- se queja una de ellas.
Mamá Cullenpompa decide cambiar de tema.
- Bueno, Edualdito, ¿te has comido el bocadillo de ajo? Es tu “favoliiiito”.
- Sí, madre.
- Te apetece un vaso de “sangle” ahora.
- No. Soy un vampiro moderno. Mejor leche.
La madre saca de su neverita portátil un vaso de leche. Eduardo se lo bebe de un trago.
- “Hablas” hecho los debeeeres antes de “venil” a la playuqui, ¿”veldad”?
- Sí, madre.
- ¿Y rezado tus “olaciones”?
- Sí, madre- responde Eduardo, mostrando el crucifijo que siempre lleva colgado del cuello.
- Bien. “Pos” ahora sé un buen chico y tráele a la mama una botellica de agua del chiringuito.
- ¿De qué marca, madre?
- Bendita, que es la que “mejol” sabe.
Eduardo asiente complaciente y se levanta.
- Y alegra esa cara. ¡Coooooño! Qué seco “queres”...
Eduardo no sonríe. Es un vampiro adolescente, está torturado por una sociedad que no le comprende, y lo va a demostrar.
El camino al chiringuito es largo- piensa Eduardo-, y yo tengo tiempo para pensar. La gente es tan superficial... tan hipócrita, que a veces me avergüenzan. Todo el mundo piensa en el dinero, el sexo o el poder. De esto me di cuenta en cuanto supe que podía leer los pensamientos, pero es tan doloroso... yo no pedí este don.
Eduardo se entretiene leyendo los pensamientos de los demás.
- ¿Por qué a Pikachu nunca se le ven los genitales? Siempre va desnudo... - se pregunta un señor de 23 años.
- Matar... matarla y enterrarla...- piensa una anciana, mirando a su asistente social.
- La raíz cuadrada de 654 es 25,57, la raíz cuadrada de 655 es 25,59, la raíz cuadrada de 656...- recita una niña de 7 años.
-¿ Y ese chico que me mira con gesto distante quién será?- se dice una joven-. Seguro que un misógino de esos resentido porque no se le levanta...
- Menuda cara de tonto estreñido tiene el paliducho ese que se acerca...-
se extraña otra chica.
- El chaval ese tiene un pezón raro. Es como una loncha de salami descolgada...
- Ese pelo repeinado de idiota... ¡qué estamos en la playa, “atontao”! Y alegra esa cara...
- ... seguro que la tiene pequeña...

Snif... snif..., ¿por qué me insultan todas?-llora internamente Eduardo.
De repente, el vampiro se detiene. Tumbada en una toalla, con una cuerda atada en un dedo morado por la coagulación, y el otro extremo en su mochila, una joven con el gesto congelado toma el sol.
- ¿Para qué es el nudo?- pregunta Eduardo, con su monótona voz.
- Pada que no me roben mochila- responde la muchacha manteniendo el gesto, un rictus de desagrado, como si se estuviera oliendo constantemente y decidiera que debía tomar una ducha.
Eduardo se fija en la bolsa, completamente vaciada por ladrones. Tal vez debería buscar un método para que no le roben lo de dentro...
- ¿Cómo te llamas, guapa?
- Boniata.
- ¿Y cómo es que no puedo leerte el pensamiento?
- Ydo... ydo no penzo mucho.
- ...mm. Di lo que soy.
Boniata le mira con cara rara.
- He dicho... ¡qué digas lo que soy!
La muchacha ladea la cabeza.
- Oh venga... bebo sangre de vaca y leche, huyo del sol porque brillo, soy más fuerte que cualquier ser humano y más rápido y más listo...
A Boniato se le cae la baba en un gesto estúpido.
- Dime... qué... ¡soy!
- ¿...David el gnomo con armadura?
- ¡No!- ruge Eduardito-. ¡Un vampiro!
- ¡A loz vampiroz el sol quema!
- ...qué superficial eres. Pero te amo.
- Eduardito casar Boniata. Boniata abrir de patas y tener hijo vampiro.
- Al fin encuentro el amor...
Y Eduardo y Boniata se enlazaron para siempre. Vivirán miles de aventuras carentes de todo tipo de acción, tensión o carga emocional. Pero esa es otra historia.



FIN